viernes, 4 de octubre de 2013

Dis estas mas serca de nosotros pero ay personas que no lo miran,

"CATOLICO CONOCE TU IGLESIA" """"BY;HILARIO LARRY TORRES,"" Érase una vez una mujer muy devota y llena de amor de Dios. Solía ir a la iglesia todas las mañanas, y por el camino solían acosarla los niños y los mendigos, pero ella iba tan absorta en sus devociones que ni siquiera los veía. Un buen día, tras haber recorrido el camino acostumbrado, llegó a la iglesia en el preciso momento en que iba a empezar la misa Empujó la puerta, pero ésta no se abrió. Volvió a empujar, esta vez con más fuerza, y comprobó que la puerta estaba cerrada con llave. Afligida por no haber podido asistir a misa por primera vez en muchos años, y no sabiendo qué hacer, miró hacia arriba... y justamente allí, frente a sus ojos, vió una nota clavada en la puerta con una chincheta. La nota decía: Estoy ahí fuera Gracias y Bendiciones at;Hilario Larry Torres, (via Lalo Torres)

"Catolico conoce tu iglesia by;Hilario larry torres"

         "CATOLICO CONOCE TU IGLESIA BY;HILARIO LARRY TORRES"          

                                                  SOCRATES"                                                                                                  
Sócrates: Vida y entorno social e histórico Sócrates era natural de Atenas, hijo de Sofronisco y Fenáreta, del demo de Alópece. Nació en el 469 a. de C., a diez años de la victoria definitiva de los griegos –al mando del espartano Pausanias– sobre los persas en Platea y en un período en el que Atenas, la otra ciudad-estado decisiva para la victoria sobre el Imperio Aqueménida alcanzara la hegemonía en el mundo griego, presidiendo y ejerciendo el mando en la Liga Délica. La familia de Sócrates pertenecería a la clase media baja, a juzgar por el arte ejercido por el padre, el de cantero o escultor, remontando su ascendencia hasta Dédalo, al igual que lo hacían los médicos, quienes afirmaban descender legendariamente de Asclepio. Genealogía mítica que explicaba que estos oficios se transmitían de padres a hijos, por lo que es probable que Sócrates habría sido educado en este oficio, el cual nunca ejercería por preferir su entrega a la filosofía, actividad por la que no recibiría ningún salario, y al no contar con mayores recursos económicos, habría de permanecer “en gran pobreza” [1], como refiere Platón. Se diferencia de todos los primeros filósofos por su origen plebeyo y su escasa formación académica; siempre se mostró enemigo de toda profesión y todo arte, así como de la ciencia natural [2]. Juventud y madurez Su juventud y madurez transcurrió en el apogeo del poder ateniense y el florecimiento clásico de la poesía y el arte de Atenas, y visitaba la casa de Pericles y Aspasia. Los griegos estaban desbordantes de orgullo y satisfacción, si tenemos en cuenta que la guerra con los persas terminaría formalmente en el año 449 a. de C. con el tratado de Calias; convencidos más que nunca de la superioridad de los helenos sobre los bárbaros –desde sus remotos orígenes se vanagloriaban de habitar en los mismos lugares donde naciera el género humano y donde los humanos habían recibido aquellos recursos de vida que se suelen considerar como dones especiales de los dioses y, por último, que el ombligo de la tierra estaba en el lugar sagrado del templo de Delfos– [3], y de su modo de vida sobre el de los demás. Atenas, de manera particular, viviría un período de gran esplendor gracias a su pujante desarrollo económico y cambios de orden político por la radicalización de la democracia emprendida por Efialtes y Pericles. Aunque al promover la igualdad política de los ciudadanos hasta sus últimas consecuencias, se abría camino, en última instancia, al dominio de los demagogos. Pericles es quien evitó por mucho tiempo que estas consecuencias negativas se produjeran, pues, desde la muerte de Efialtes en el 461 a. de C., se convertiría en la figura preponderante de la política ateniense. Pericles fue el gran artífice de la reconstrucción y desarrollo de Atenas, actividad que se hacía contando con el apoyo de los dioses, particularmente de la diosa virgen Atenea, con quien mantenían una estrecha relación de fidelidad. El Partenón, era el nuevo templo dedicado a la diosa Atenea y por decisión de Pericles, sobrepasaría a todos los demás templos en tamaño y esplendor, proclamando la gloria de Atenas.“No es fácil analizar lo que significaba la diosa Atenea para el ateniense ordinario o incluso extraordinario –comenta Maurice Bowra–, pero son evidentes sus principales características. Era la diosa guerrera –por eso estaba en el exterior del templo– para proteger a los suyos; era su vez, la diosa virgen, que la capacitaba para ser el apoyo de las empresas viriles, la leal compañera de sus acciones y aventuras…Su virginidad significaba independencia y confianza en sí misma y superioridad frente a la común atracción de la carne. Para los atenienses significaba un desapego similar y un control de sí mismo en el servicio de la ciudad…El cometido del Partenón era excitar el entusiasmo y el amor por la grandeza ateniense” [4]. Y por supuesto que Pericles supo no sólo ofrecerles a los suyos un proyecto de reconstrucción y desarrollo sino de expansión natural, para dar satisfacción a la desmedida naturaleza humana, que fácilmente se olvida de la mesura y cae en su opuesta, la desmesura, aunque esta la quiera justificar en términos religiosos. “En la Atenas que él amaba –anota Rex Warner–, el soldado sería tan bravo en el campo de batalla como cualquier espartano; pero su coraje nacería de la reflexión, del conocimiento de lo que estaba en juego, de una disciplina natural y voluntariamente adoptada, antes que de la tenacidad que engendran los años de arduo adiestramiento, o de la emulación, que es una forma propia de la consideración. Pericles no sustentaba la opinión de que una virtud es incompatible con otra. Su ateniense ideal poseería todas las virtudes y las desplegaría con gracia y versatilidad peculiares. El ateniense había de ser semejante a un dios, sólo que un dios con una ciudad y con una tarea que cumplir” [5]. Pericles y su renovada y radical democracia, prolongó y fortaleció un espíritu ya existente en la época aristocrática; pero, esta vez más peligroso porque lo compartían los miembros del demos, los ciudadanos, desde el más refinado al más sencillo.“Esto fue lo que Pericles aportó a sus compatriotas. Explica por qué lo apoyaron –remarca Maurice Bowra–, y por qué no se asustaron al oír que el resto de Grecia los odiaba. Por este ideal estaban dispuestos a luchar hasta el fin y a rechazar cualquier compromiso que les ofreciese la seguridad en vez del honor” [6].El afán de poder, pero de poder desmesurado, que equivocadamente llaman “imperialismo” [7], nacerá de Pericles que tendrá la suficiente capacidad para hacer participar del mismo sentimiento al demos [8]y esto demarcará no sólo su grandeza sino su decadencia y posterior muerte . [9] Guerra del Peloponeso La Guerra del Peloponeso (431- 404) es el acontecimiento que señalaría el fin de la civilización helénica [10]; y, en ésta participó disciplinada y valientemente Sócrates –comenta Platón– [11]; distinguiéndose por su valor, su sangre fría y su resistencia física, como si los padecimientos propios de la guerra no le afectasen. En su condición de hoplita, o soldado de a pie, participó meritoriamente en tres batallas. Al comienzo de la guerra entre el 431-430 en la expedición y batalla de Potidea, donde le salvó la vida a Alcibíades –según refiere Platón en el Banquete– [12], fue su compañero de mesa y se distinguió como superior a todos al soportar las fatigas propias de la campaña militar. También participó en Delión en el año 424, donde al decir de Laques –en la versión de Platón–, se distinguió por su valentía a tal punto que, si los demás se hubieran comportado como él, Atenas no hubiera sufrido semejante fracaso [13]. Y por último en el 422, estuvo prestando servicios en Anfípolis. Estas tres ocasiones, fueron las únicas veces que, por motivo de la guerra y en el cumplimiento de sus deberes como ciudadano-soldado, se ausentó de su amada ciudad. Sócrates, en el año 423 a. de C., a la edad de 46 años, cumpliendo con una de sus obligaciones como ciudadano, contrajo matrimonio con Jantipa, una madura doncella de veinte años, que tenía el caballo en su nombre, prueba infalible de que pertenecía a la antigua aristocracia, entre la que se reclutaban las filas de la guardia de caballería. Motivo suficiente para sospechar que el matrimonio era conveniente para ambos; para él, porque encontraba un apoyo a su vida doméstica bien descuidada; y, ella, un marido y posible protector en tanto se de a trabajar o exija una paga por las enseñanzas que imparte, alejándose del quehacer filosófico o juego lógico que ejercía rodeado de jóvenes ociosos con quienes jugueteaba con la lógica, como cachorros, destruyendo muchas cosas en busca de la verdad. Sin embargo, con el correr de los años, vinieron los hijos: Lamprocles –que era adolescente en el momento de su ejecución– [14], Sofronisco y Menexeno –el tercero y último, engendrado cuando el filósofo tenía 69 años– [15], y Sócrates no cambiaría de forma de vida –incumpliendo sus deberes como ciudadano–, condenando a vivir a su familia en un permanente estado de zozobra, salvo la ayuda esporádica que les ofrece Critón y los trabajos de lavandería que realizaría la abnegada mujer y madre que empeoraría su ya difícil e indomable carácter [16]. Entereza moral Hacia el final de la guerra en el 406 a. de C., justo dos años antes de la derrota final de Atenas, Sócrates tuvo ocasión de manifestar su independencia y honradez al oponerse a la ilegal condena sumarísima de los almirantes acusados de no recoger a los náufragos del combate marítimo de las Arginusas; manteniéndose a partir de esa fecha al margen de sus obligaciones políticas como ciudadano. La condena fue ilegal porque los almirantes atenienses fueron juzgados conjuntamente, en lugar de considerar sus causas por separado. Además de que no se consideraron las circunstancias y atenuantes particulares; puesto que los almirantes encausados se habían visto incapaces de sacar a sus muertos del agua, después de la batalla en la que habían salido victoriosos, por temor a perder más vidas en medio de la tormenta que los amenazaba. Al volver a casa sin los cuerpos de sus compatriotas, lo que constituía un grave incumplimiento de las costumbres atenienses y de las obligaciones religiosas; la asamblea ateniense, votó por procesar y finalmente ejecutar a los generales transgresores sin considerar sus comprensibles argumentos. Como suele suceder en momentos de crisis, las decisiones del colectivo siempre resultan ser insensatas. “En plena guerra –advierte Michael Scott–, Atenas mató a sus propios líderes militares victoriosos. Atenas se dejó a sí misma sin cabeza visible, y si quien lleva la voz cantante era una turba tan vengativa, no era de extrañar que resultara difícil encontrar a hombres talentosos que ocuparan el lugar de los almirantes muertos” [17]. Dos años después, en el 404 a. de C., Sócrates, se mostrará digno de seguir su propio camino. Al margen de los partidos políticos, haciendo caso a su más íntima convicción de lo que era justo; mas aún, cuando en esta ocasión la decisión que él consideraba injusta la tomaba la recién establecida oligarquía de los Treinta –entre los que sobresalían Critias y Cármides, parientes de Platón–, impuesta por Esparta liderada por Lisandro que humilló a la orgullosa Atenas obligándole a entregar su armada, permitir la vuelta de todos los partidarios de la oligarquía y enemigos de la democracia, y derruir sus propias murallas. Los Muros Largos que habían definido y protegido a la amada ciudad de Pericles, fueron destrozados con lo que pudieran tener en sus manos por los espartanos y todos los que odiaban a Atenas. El gobierno de los Treinta Tiranos fue muy corto por los múltiples abusos de autoridad que cometieron; en uno de ellos, tratando de implicar a Sócrates, le ordenaron a él y a otros cuatro más arrestar a un hombre rico, llamado León de Salamina, para ejecutarlo. Critias, el más destacado y sanguinario de los oligarcas, y los otros líderes creyeron que contarían con su apoyo por haber sido años atrás miembros de su círculo filosófico y, además, sabían de sus críticas al sistema democrático ateniense, pero subestimaban su respeto por la legalidad. Sócrates se marchó a su casa [18], negándose a cumplir la orden –demostrándoles no con palabras, sino con hechos, que a él la muerte le importaba un bledo–, y cuidando de no realizar nada injusto e impío; como sí hicieron los otro cuatro obedientes ciudadanos que arrestaron a León el solimano para darle muerte. Esta digna y valerosa acción le hubiese costado la vida, como él mismo reconociera, si el régimen no hubiera sido derribado rápidamente restaurándose la democracia en el verano del 403 a. de C.; y, en esta ocasión, fue irónicamente la victoriosa Esparta quien propuso la ordenadora solución, restaurar la democracia. Es decir, en un solo año Atenas había perdido su “imperio”, su orgullo, sus murallas, su democracia, había sufrido una guerra civil interna y había visto restaurada su democracia, sin gozar de la preciada autonomía. Entre los restauradores sobresalía Anito, uno de los más poderosos políticos demócratas, que había aceptado en conversación con los espartanos las siguientes medidas: conceder amnistía para todos excepto para los Treinta Tiranos, a los que persiguió y castigo; permitir a todo ciudadano que no se sintiera cómodo en la Atenas democrática fuera a vivir a Eleusis; y, olvidar todos los procesos pendientes de carácter político http://larry-religionyfilosofia.blogspot.com/2013/10/cocrates-socrates-vida-y-entorno-social.html

CATOLICO CONOCE TU IGLESIA BY;HILARIO LARRY TORRES SOCRATES" Sócrates: Vida y entorno social e histórico Sócrates era natural de Atenas, hijo de Sofronisco y Fenáreta, del demo de Alópece. Nació en el 469 a. de C., a diez años de la victoria definitiva de los griegos –al mando del espartano Pausanias– sobre los persas en Platea y en un período en el que Atenas, la otra ciudad-estado decisiva para la victoria sobre el Imperio Aqueménida alcanzara la hegemonía en el mundo griego, presidiendo y ejerciendo el mando en la Liga Délica. La familia de Sócrates pertenecería a la clase media baja, a juzgar por el arte ejercido por el padre, el de cantero o escultor, remontando su ascendencia hasta Dédalo, al igual que lo hacían los médicos, quienes afirmaban descender legendariamente de Asclepio. Genealogía mítica que explicaba que estos oficios se transmitían de padres a hijos, por lo que es probable que Sócrates habría sido educado en este oficio, el cual nunca ejercería por preferir su entrega a la filosofía, actividad por la que no recibiría ningún salario, y al no contar con mayores recursos económicos, habría de permanecer “en gran pobreza” [1], como refiere Platón. Se diferencia de todos los primeros filósofos por su origen plebeyo y su escasa formación académica; siempre se mostró enemigo de toda profesión y todo arte, así como de la ciencia natural [2]. Juventud y madurez Su juventud y madurez transcurrió en el apogeo del poder ateniense y el florecimiento clásico de la poesía y el arte de Atenas, y visitaba la casa de Pericles y Aspasia. Los griegos estaban desbordantes de orgullo y satisfacción, si tenemos en cuenta que la guerra con los persas terminaría formalmente en el año 449 a. de C. con el tratado de Calias; convencidos más que nunca de la superioridad de los helenos sobre los bárbaros –desde sus remotos orígenes se vanagloriaban de habitar en los mismos lugares donde naciera el género humano y donde los humanos habían recibido aquellos recursos de vida que se suelen considerar como dones especiales de los dioses y, por último, que el ombligo de la tierra estaba en el lugar sagrado del templo de Delfos– [3], y de su modo de vida sobre el de los demás. Atenas, de manera particular, viviría un período de gran esplendor gracias a su pujante desarrollo económico y cambios de orden político por la radicalización de la democracia emprendida por Efialtes y Pericles. Aunque al promover la igualdad política de los ciudadanos hasta sus últimas consecuencias, se abría camino, en última instancia, al dominio de los demagogos. Pericles es quien evitó por mucho tiempo que estas consecuencias negativas se produjeran, pues, desde la muerte de Efialtes en el 461 a. de C., se convertiría en la figura preponderante de la política ateniense. Pericles fue el gran artífice de la reconstrucción y desarrollo de Atenas, actividad que se hacía contando con el apoyo de los dioses, particularmente de la diosa virgen Atenea, con quien mantenían una estrecha relación de fidelidad. El Partenón, era el nuevo templo dedicado a la diosa Atenea y por decisión de Pericles, sobrepasaría a todos los demás templos en tamaño y esplendor, proclamando la gloria de Atenas.“No es fácil analizar lo que significaba la diosa Atenea para el ateniense ordinario o incluso extraordinario –comenta Maurice Bowra–, pero son evidentes sus principales características. Era la diosa guerrera –por eso estaba en el exterior del templo– para proteger a los suyos; era su vez, la diosa virgen, que la capacitaba para ser el apoyo de las empresas viriles, la leal compañera de sus acciones y aventuras…Su virginidad significaba independencia y confianza en sí misma y superioridad frente a la común atracción de la carne. Para los atenienses significaba un desapego similar y un control de sí mismo en el servicio de la ciudad…El cometido del Partenón era excitar el entusiasmo y el amor por la grandeza ateniense” [4]. Y por supuesto que Pericles supo no sólo ofrecerles a los suyos un proyecto de reconstrucción y desarrollo sino de expansión natural, para dar satisfacción a la desmedida naturaleza humana, que fácilmente se olvida de la mesura y cae en su opuesta, la desmesura, aunque esta la quiera justificar en términos religiosos. “En la Atenas que él amaba –anota Rex Warner–, el soldado sería tan bravo en el campo de batalla como cualquier espartano; pero su coraje nacería de la reflexión, del conocimiento de lo que estaba en juego, de una disciplina natural y voluntariamente adoptada, antes que de la tenacidad que engendran los años de arduo adiestramiento, o de la emulación, que es una forma propia de la consideración. Pericles no sustentaba la opinión de que una virtud es incompatible con otra. Su ateniense ideal poseería todas las virtudes y las desplegaría con gracia y versatilidad peculiares. El ateniense había de ser semejante a un dios, sólo que un dios con una ciudad y con una tarea que cumplir” [5]. Pericles y su renovada y radical democracia, prolongó y fortaleció un espíritu ya existente en la época aristocrática; pero, esta vez más peligroso porque lo compartían los miembros del demos, los ciudadanos, desde el más refinado al más sencillo.“Esto fue lo que Pericles aportó a sus compatriotas. Explica por qué lo apoyaron –remarca Maurice Bowra–, y por qué no se asustaron al oír que el resto de Grecia los odiaba. Por este ideal estaban dispuestos a luchar hasta el fin y a rechazar cualquier compromiso que les ofreciese la seguridad en vez del honor” [6].El afán de poder, pero de poder desmesurado, que equivocadamente llaman “imperialismo” [7], nacerá de Pericles que tendrá la suficiente capacidad para hacer participar del mismo sentimiento al demos [8]y esto demarcará no sólo su grandeza sino su decadencia y posterior muerte . [9] Guerra del Peloponeso La Guerra del Peloponeso (431- 404) es el acontecimiento que señalaría el fin de la civilización helénica [10]; y, en ésta participó disciplinada y valientemente Sócrates –comenta Platón– [11]; distinguiéndose por su valor, su sangre fría y su resistencia física, como si los padecimientos propios de la guerra no le afectasen. En su condición de hoplita, o soldado de a pie, participó meritoriamente en tres batallas. Al comienzo de la guerra entre el 431-430 en la expedición y batalla de Potidea, donde le salvó la vida a Alcibíades –según refiere Platón en el Banquete– [12], fue su compañero de mesa y se distinguió como superior a todos al soportar las fatigas propias de la campaña militar. También participó en Delión en el año 424, donde al decir de Laques –en la versión de Platón–, se distinguió por su valentía a tal punto que, si los demás se hubieran comportado como él, Atenas no hubiera sufrido semejante fracaso [13]. Y por último en el 422, estuvo prestando servicios en Anfípolis. Estas tres ocasiones, fueron las únicas veces que, por motivo de la guerra y en el cumplimiento de sus deberes como ciudadano-soldado, se ausentó de su amada ciudad. Sócrates, en el año 423 a. de C., a la edad de 46 años, cumpliendo con una de sus obligaciones como ciudadano, contrajo matrimonio con Jantipa, una madura doncella de veinte años, que tenía el caballo en su nombre, prueba infalible de que pertenecía a la antigua aristocracia, entre la que se reclutaban las filas de la guardia de caballería. Motivo suficiente para sospechar que el matrimonio era conveniente para ambos; para él, porque encontraba un apoyo a su vida doméstica bien descuidada; y, ella, un marido y posible protector en tanto se de a trabajar o exija una paga por las enseñanzas que imparte, alejándose del quehacer filosófico o juego lógico que ejercía rodeado de jóvenes ociosos con quienes jugueteaba con la lógica, como cachorros, destruyendo muchas cosas en busca de la verdad. Sin embargo, con el correr de los años, vinieron los hijos: Lamprocles –que era adolescente en el momento de su ejecución– [14], Sofronisco y Menexeno –el tercero y último, engendrado cuando el filósofo tenía 69 años– [15], y Sócrates no cambiaría de forma de vida –incumpliendo sus deberes como ciudadano–, condenando a vivir a su familia en un permanente estado de zozobra, salvo la ayuda esporádica que les ofrece Critón y los trabajos de lavandería que realizaría la abnegada mujer y madre que empeoraría su ya difícil e indomable carácter [16]. Entereza moral Hacia el final de la guerra en el 406 a. de C., justo dos años antes de la derrota final de Atenas, Sócrates tuvo ocasión de manifestar su independencia y honradez al oponerse a la ilegal condena sumarísima de los almirantes acusados de no recoger a los náufragos del combate marítimo de las Arginusas; manteniéndose a partir de esa fecha al margen de sus obligaciones políticas como ciudadano. La condena fue ilegal porque los almirantes atenienses fueron juzgados conjuntamente, en lugar de considerar sus causas por separado. Además de que no se consideraron las circunstancias y atenuantes particulares; puesto que los almirantes encausados se habían visto incapaces de sacar a sus muertos del agua, después de la batalla en la que habían salido victoriosos, por temor a perder más vidas en medio de la tormenta que los amenazaba. Al volver a casa sin los cuerpos de sus compatriotas, lo que constituía un grave incumplimiento de las costumbres atenienses y de las obligaciones religiosas; la asamblea ateniense, votó por procesar y finalmente ejecutar a los generales transgresores sin considerar sus comprensibles argumentos. Como suele suceder en momentos de crisis, las decisiones del colectivo siempre resultan ser insensatas. “En plena guerra –advierte Michael Scott–, Atenas mató a sus propios líderes militares victoriosos. Atenas se dejó a sí misma sin cabeza visible, y si quien lleva la voz cantante era una turba tan vengativa, no era de extrañar que resultara difícil encontrar a hombres talentosos que ocuparan el lugar de los almirantes muertos” [17]. Dos años después, en el 404 a. de C., Sócrates, se mostrará digno de seguir su propio camino. Al margen de los partidos políticos, haciendo caso a su más íntima convicción de lo que era justo; mas aún, cuando en esta ocasión la decisión que él consideraba injusta la tomaba la recién establecida oligarquía de los Treinta –entre los que sobresalían Critias y Cármides, parientes de Platón–, impuesta por Esparta liderada por Lisandro que humilló a la orgullosa Atenas obligándole a entregar su armada, permitir la vuelta de todos los partidarios de la oligarquía y enemigos de la democracia, y derruir sus propias murallas. Los Muros Largos que habían definido y protegido a la amada ciudad de Pericles, fueron destrozados con lo que pudieran tener en sus manos por los espartanos y todos los que odiaban a Atenas. El gobierno de los Treinta Tiranos fue muy corto por los múltiples abusos de autoridad que cometieron; en uno de ellos, tratando de implicar a Sócrates, le ordenaron a él y a otros cuatro más arrestar a un hombre rico, llamado León de Salamina, para ejecutarlo. Critias, el más destacado y sanguinario de los oligarcas, y los otros líderes creyeron que contarían con su apoyo por haber sido años atrás miembros de su círculo filosófico y, además, sabían de sus críticas al sistema democrático ateniense, pero subestimaban su respeto por la legalidad. Sócrates se marchó a su casa [18], negándose a cumplir la orden –demostrándoles no con palabras, sino con hechos, que a él la muerte le importaba un bledo–, y cuidando de no realizar nada injusto e impío; como sí hicieron los otro cuatro obedientes ciudadanos que arrestaron a León el solimano para darle muerte. Esta digna y valerosa acción le hubiese costado la vida, como él mismo reconociera, si el régimen no hubiera sido derribado rápidamente restaurándose la democracia en el verano del 403 a. de C.; y, en esta ocasión, fue irónicamente la victoriosa Esparta quien propuso la ordenadora solución, restaurar la democracia. Es decir, en un solo año Atenas había perdido su “imperio”, su orgullo, sus murallas, su democracia, había sufrido una guerra civil interna y había visto restaurada su democracia, sin gozar de la preciada autonomía. Entre los restauradores sobresalía Anito, uno de los más poderosos políticos demócratas, que había aceptado en conversación con los espartanos las siguientes medidas: conceder amnistía para todos excepto para los Treinta Tiranos, a los que persiguió y castigo; permitir a todo ciudadano que no se sintiera cómodo en la Atenas democrática fuera a vivir a Eleusis; y, olvidar todos los procesos pendientes de carácter político

Uno de los primeros filosofos,

jueves, 3 de octubre de 2013

Pedro y la iglesia TU ERES PEDRO Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARE MI IGLESIA..." (Mt. 16,13:20) PEDRO Y LA IGLESIA ¿Conoces tú a la Iglesia Católica? Actualmente,muchos católicos abandonan su Iglesia por que no la conocen. Tenemos un tesoro de 2,000 años que aún permanece escondido para la gran mayoría de los católicos. 1.) ¿Quién fundó la Iglesia? En el Evangelio de San Mateo 16 : 13-20 Jesús declara: "Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia." Jesús fundó así una Iglesia. El no quiso un grupo de creyentes subsistiendo aislados o como ovejas sin Pastor. 2.) ¿A quién le habló Jesús en Mateo 16 : 13-20? Jesús se dirigió a Simón Bar Jonás,uno de los que formarían parte de Sus doce apóstoles y Jesús le cambia el nombre por el de Pedro. 3.) ¿Qué quiere decir Pedro? El nombre de Pedro no aparece en ningún escrito de la antiguedad,hasta que Jesús se lo da a Simón. Pedro es un nombre propio que tomó de la palabra "Petras" que quiere decir "Roca" en griego. Existen en este idioma 7 palabras para definir piedra; cuando se aplica a Jesús se utiliza "Acroniagos" que quiere decir "Piedra Angular" y Pedro significa "Roca Firme". 4.) ¿Por qué cambia Jesús el nombre a un solo apóstol? Pedro es la única persona del Nuevo Testamento que recibe un nuevo nombre de parte de Jesús. En el Antiguo Testamento, cuando Dios va hacer un pacto con un hombre,le cambia de nombre y le da uno de acuerdo con la misión que va a realizar; como ejemplo tenemos a Abram,cuyo nombre fue cambiado por Abrahám que quiere decir "Padre de muchedumbres",ésa sería su misión,ser el padre en la fe de millones de hombres (cf. Gen 17: 4-8). Tenemos también a Jacob,cuyo nombre fue cambiado por el de Israel que quiere decir "Fuerza de Dios". 5.) ¿Por qué a Simón? Jesús reconoce en Simón,la fe sólida en la cual debía fundarse la Iglesia y por esa razón le asigna la misión de ser la roca firme sobre la cual se sostiene aún después de 2,000 años . A partir de la misión recibida,Simón pasa a ocupar el primer lugar entre los apóstoles (cf. Mc 3 : 16-19; Lc 6: 14-16). En Lucas 22: 31-32,Jesús esclarece la misión de Pedro de confirmar en la fe a los demás apóstoles y apacentar al pueblo de Dios (cf. Jn 21: 15-19),como continuación dell trabajo del Buen Pastor. 6.) ¿Al morir Pedro, dejó de existir con él esta misión? De ningún modo,en Mateo 16 : 19,Jesús promete dar las llaves. ¿Qué llaves? El profeta Isaías nos da la respuesta en Is 22 : 22. Las llaves indican sucesión cuando se habla del hecho relatado en Isaías. David había muerto siglos antes,sin embargo las llaves que simbolizaban el Poder de Administrar siguieron transmitiéndose por generaciones. Jesús es el heredero del Reino de David (cf. Lc 1 : 32-33) y El transfiere el poder de administrar la Iglesia - Su Reino - a Pedro y a los sucesores de éste. 7.) ¿Si la palabra "Papa" no aparece en la Biblia, por qué la usan? La palabra "Papa" quiere decir en italiano Padre y por esa razón se le ha llamado así al Obispo de Roma. En la Iglesia,sólo existen tres ministerios: Diácono,Presbítero y Obispo. El Papa es Obispo de la Ciudad de Roma,donde nuestra Iglesia Católica tiene su sede principal y donde habita el sucesor de Pedro,a quién deben estar sujetas todas las demás iglesias,permaneciéndo así bajo la autoridad y en comunión con el Obispo de Roma,ya que Dios es un Dios de orden. 8.) ¿Por qué en Roma, si la Biblia no menciona que Pedro haya estado allá? La Biblia tampoco menciona que Pablo haya muerto,esto no quiere decir que aún esté vivo. El libro de los Hechos de los Apóstoles fue escrito por Lucas,seguidor de Pablo,el cual - por la forma en que termina -pareciera que no fué concluido. Todo historiador serio sabe por pruebas arqueológicas que Pedro sí estuvo en Roma donde también murió; su sucesor fue Lino y a éste le siguió Anacleto y así sucesivamente hasta el actual Papa Juan Pablo II. En la carta del sucesor de Pedro,Clemente I,a los Corintios - que pertenece a los escritos de los de los Padres de la Iglesia - se hace mención del martirio de Pedro en dicha ciudad. La carta fue escrita en el año 96 D.C. El libro Historia de la Iglesia de Kenneth Scott Laturell (edición de la Casa Bautista de Publicaciones,pág. 162) dice: " Aunque no fue fundada por el uno ni por el otro,la iglesia de Roma gozaba del prestigio de la visita de Pablo y de Pedro lo que parece información digna de crédito". Declara igualmente que Roma fue el escenario del martirio tanto del miembro más prominente de los doce apóstoles originales como del principal misionero de la Iglesia primitiva. La Nueva Enciclopedia Americana dice: " Cuando Pedro dejó Jerusalém,se fue por un tiempo a Antioquia y después a Roma,donde fue jefe de la Iglesia ". 9.) Pero la Iglesia Católica la fundó Constantino en el Siglo IV Esto es totalmente falso. Con el Edicto de Milán,Constantino terminó con la persecución y matanza de los cristianos,lo cual fue positivo. Al mismo tiempo,le concedió igual trato que a los cultos no cristianos,pero nada especial. A raíz de este edicto,la Iglesia cristiana que vivía en las catacumbas salió a la luz y fue a esta misma a la que más tarde se llamó Católica,que en griego significa "Universal". ¿Por qué fue la Iglesia Católica le beneficiada? Por la sencilla razón de que no existía otra,las demás surgieron de la Católica después del siglo XV. 10.) Algunas personas afirman que el Papa es el Anticristo. ¿Es cierto esto? La palabra anticristo significa negar a Cristo. A lo largo de todo su pontificado,El Papa ha recorrido el mundo predicando a Cristo como la única salvación para el hombre. Si el Papa fuera el anticristo,el Señor habría fallado al haberle dicho a Perdo: " Las fuerzas del infierno no prevalecerán sobre ella ". Se estaba refiriendo a la Iglesia (cf. Mt 16:18).

lunes, 23 de septiembre de 2013

La Caridad La caridad es una “virtud teologal infundida por Dios en la voluntad, por la que amamos a Dios por sí mismo sobre todas las cosas y a nosotros y al prójimo por Dios”. (1) es una virtud teologal porque sus actos se enderezan directamente a Dios, el fin sobrenatural del hombre. Caridad en el hombre se llama al amor sobrenatural es la única virtud teologal que permanecerá siempre con nosotros, aún en el cielo. La fe dará lugar a la visión de Dios, (y por lo tanto ya no tendrá sentido), la esperanza no tendrá ya razón de ser, (porque habremos alcanzado el cielo), mientras que la caridad, recién viendo a Dios cara a cara alcanzará su plenitud. Así como la fe reside en el entendimiento, la esperanza y la caridad residen en la voluntad. Esta virtud permanece en el alma mientras está en ella la gracia santificante y dios se la infunde a través de los sacramentos. La gracia y la caridad no son la misma cosa; pero están siempre juntas en el alma. Para evitar falsas interpretaciones de la caridad es absolutamente necesario no perder de vista el carácter esencialmente teológico de esta virtud. Los actos de caridad van directamente dirigidos a Dios. Por no tener en cuenta el carácter esencialmente teológico, muchas veces se llama caridad a lo que no es, como por ejemplo al amor natural, a la filantropía o la mera beneficencia natural que, si no va acompañada de la gracia santificante, no gana méritos para la vida eterna. De ahí que, aunque nuestras obras sean buenas (como repartir comida a los pobres o visitar a los enfermos) y es mejor hacerlas que no hacerlas, si estamos en pecado mortal podremos tener actos buenos hacia el prójimo pero no serán de caridad. Las palabras de San Pablo son terminantes: “aunque repartiere toda mi hacienda y entregare mi cuerpo al fuego nada me aprovecha si no tengo caridad” (I Cor. XIII, 3). El campo de la caridad cristiana para con el prójimo se extiende a los que están en el cielo, a las almas que esperan en el purgatorio y a nuestros prójimos en la tierra. La Iglesia enseña además, la importancia de rezar por las almas del purgatorio (que no pueden hacer nada por sí solas). Es un deber de caridad que nos obliga en conciencia. Este amor sobrenatural mandado por Dios incluye a todas las criaturas: los ángeles y santos del cielo (lo que es fácil), las almas del purgatorio (lo que también es fácil), y todos los seres humanos vivos, incluso a nuestros enemigos (lo cual ya no es tan fácil)… Es fácil amar a nuestra familia y amigos, no es difícil amar a “todo el mundo” de una manera general, universal y abstracta (que no nos compromete ni nos exige nada en concreto). Ahora, querer bien, no desearle ningún mal, escuchar y estar dispuestos a ayudar a nuestro compañero de clase que nos resulta insoportable (porque es un pedante y se cree mejor que yo), a quien nos estafó en la venta de la moto (y no nos dijo que estaba chocada), nos criticó en público o levantó una calumnia contra nosotros que nos hizo perder el trabajo... ya no es tan fácil. Si cuesta perdonar todas estas ofensas y rechazos cuánto más costará amar a estas personas. La verdad es que, naturalmente, no podremos hacerlo, pero con la virtud divina de la caridad, debemos lograrlo ya que fue éste el mandamiento nuevo que partió a la Historia del hombre en dos, antes y después de Jesucristo, el Hijo de Dios. Antes de Cristo los hombres también se amaban, pero lo que distinguió al cristianismo y le puso su sello de superioridad es este amor sobrenatural por los que nos hacen mal. Este amor sobrenatural no debe ser emotivo, residirá en la voluntad de satisfacer la voluntad de Dios, no en las emociones y lo obtendremos si se lo pedimos a Él. Jesucristo fue tan caritativo cuando curaba enfermos y devolvía la vista a los ciegos como cuando echaba a latigazos a los mercaderes del Templo. Amar a Dios significa que estamos dispuestos a cualquier cosa antes que cometer un pecado mortal. Que estamos dispuestos a mortificar nuestra voluntad para someterla a la ley de Él. Estamos llamados a amar a Dios y a los hombres porque el los ama y pagó un alto precio por ellos, no porque a nosotros nos resulten dignos de ser amados. Si Dios es mi amado, yo debiera querer darle el gusto de amar y sacrificarme por las almas que el tanto amó. En el plano natural es igual. Si amamos, tratamos de complacer al amado y haremos lo que sabemos que lo hará feliz. De la misma manera, podremos tener un sincero amor sobrenatural por nuestro prójimo deseándole el bien y hasta haciéndoselo, aunque naturalmente sintamos cierto rechazo hacia él, de la misma manera que podemos estar dispuestos a morir defendiendo a la patria aunque sintamos miedo antes de la batalla. “El padre Maximiliano Kolbe se ha convertido en símbolo internacional del supremo amor al prójimo y de confortadora esperanza en los valores del espíritu. Ha merecido ser llamado un San Francisco “redivivo”, por su profunda espiritualidad, intenso apostolado, cordialísima devoción a la Virgen y sublime santidad. A los cuarenta y siete años de edad se ofreció libremente a morir por un presidiario, padre de familia, desconocido suyo. Es el mártir de la caridad en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz. Este acto supremo fue la culminación de una vida de generosa entrega. Es el santo de la segunda guerra mundial. Fue un profeta, un pionero, el caballero de la inmaculada, gloria de la Iglesia de Polonia y de toda la humanidad. A finales de Julio de 1941 se fugó un presidiario. Un terror de muerte amenazaba a todos los compañeros de bloque. Cada fuga se castigaba con la muerte de diez compañeros del fugado, en el búnker del hambre. Al caer de la tarde del día siguiente, el jefe del campo leyó la orden a los presidiarios, puestos en filas:”al no hallarse el fugitivo de ayer, diez de vosotros pagarán con sus vidas esta evasión”. Señala a uno de cada fila. Uno de los señalados, el número 5.659, Francisco Gajowiczek, al dar los tres pasos al frente, exclamó: ¡ay! ¿Qué será ahora de mi mujer y de mis hijos?”. Una chispa se encendió en la mente del padre Kolbe, y al momento le abrasó el corazón. En una fracción de segundo descubrió que se le acababa de presentar el momento cumbre de su vida, daría un paso al frente que sería irreversible, al frente que sería un paso de gigante del que ya no podría retornar. Ante el pasmo de todos, sale de su fila, se cuadra ante Fritsch, comandante de la SS y le dice: “me ofrezco voluntariamente para morir a cambio de ese padre de familia... Soy sacerdote católico”. Estas palabras no pueden pensarse seriamente sin sentir que un escalofrío espeluznante nos penetre hasta las interioridades más profundas de nuestro ser. El comandante, confuso y asombrado, da su conformidad y ordena el cambio del número 5.659 por el 16.670, que era el correspondiente al p. Kolbe. En auschwitz se había llegado al desprecio más absoluto de la persona humana. El hombre no era más que un número que podía borrarse sin más, por capricho o por mero entretenimiento. Un simple número. Y el conjunto de hombres, una masa de números... ...Una vez hecho el trueque, fueron obligados a desnudarse, y así fueron introducidos en el búnker del hambre, pequeña mazmorra ubicada dentro del bloque de la muerte. El guardia que les acompañó, al cerrarles la puerta, aún tuvo la bilis para decirles sarcásticamente un refrán alemán: “ahí os marchitareis como tulipanes”... desde entonces no recibieron nada ni para comer ni para beber. Los límites de sufrimiento a los que llegaron quedan expresados en las palabras de un testigo ocular: “los baldes estaban siempre vacíos y secos, cuando pasaban por revisión”... después de tres semanas habían muerto ya todos, menos el p. Kolbe que seguía vivo, apoyado en la pared y musitando oraciones, después de haber acompañado a los demás en su paso hacia la eternidad. ... Había que desalojar el local para acoger a otros. Había que desembarazarse de aquel hombre superior que hasta en las conciencias impermeables de aquellos jefes, inmunizados para el sufrimiento de sus semejantes, empezaba a hacer mella ya. “Cosa semejante, confesaba uno de ellos, no la había visto jamás”. Y el día 14 de agosto, a mediodía, el enfermero le inyectó en el brazo una dosis de ácido muriático para acelerar la muerte de “una de las páginas más luminosas de la Iglesia de nuestros días” como lo definió el cardenal Wyszynski... ¡Polonia! “la nación que tiene por costumbre de decir sí únicamente a Dios, a la Iglesia de Cristo y a su Madre”, como afirmó orgulloso el cardenal Wyszynski. Admirable nación, tantas veces sometida, humillada, y repartida por las poderosas naciones limítrofes, siempre luchando por su libertad, siempre buscando su identidad en el aglutinamiento unificador de su fe católica. ... El p. Maximiliano María Kolbe fue beatificado por el Papa Pablo VI el 17 de octubre de 1971. Testigo excepcional de la beatificación fue el ex sargento del ejército polaco, Francisco Gajowniczec, por quien había ofrecido su vida el nuevo beato en un campo de concentración. Gajowniczec fue recibido en audiencia por el Papa. Tuvo que ser para él una jornada de hondas vivencias y de inefables remembranzas. Hubo una presencia consoladora en la glorificación del beato Kolbe. Junto a la delegación oficial de Polonia, acudió también una delegación de Alemania, como signo de reconciliación de los dos países, para rezar juntos a los pies del p. Kolbe.” (2) Esto demuestra, aunque en un grado heroico, que el no hacer mal a nadie, no herir, es poco para la caridad. La caridad cristiana exige más que repartir vestimenta y comida a los necesitados (como nos quieren hacer creer). No se limita simplemente a eso, que de hecho está muy bien, pero que es sólo una de las catorce obras de misericordia enseñadas y practicadas por la iglesia. Esto se puede hacer aún para acallar una conciencia perturbada e intranquila, como pantalla de bien ante la sociedad, o hasta por propaganda política e interés. Esto lo explica bien la madre Teresa de Calcuta cuando dice: “Hay males que no se remedian sino con amor. Necesitan que nuestras manos les presenten un servicio, que nuestros corazones les ofrezcan amor en su soledad. Nuestro atractivo es el amor, en eso nos diferenciamos de las organizaciones asistenciales. No debemos convertirnos en burócratas de la caridad. Las personas suspiran por el amable sonido de una voz humana. Yo no pienso nunca en términos de muchedumbre, sino de persona. Si pensase en muchedumbre, no empezaría nunca. Lo que importa es la persona. Creo en el encuentro de persona a persona. A todo el que sufre, no sólo hemos de ofrecerle ayuda, sino también nuestra sonrisa alegre y serena. Lo que necesitan los pobres, antes que nada, es que se les ame. No cuenta lo que se le da, sino el amor con que se da. Jamás hemos de permitir que alguien se pueda alejar de nosotros sin sentirse mejor y más feliz. Frente a los pobres, nosotras debemos ser como el resplandor de la bondad de Dios. Debemos tener siempre la sonrisa a flor de labios para cada niño a quien socorremos, para cada abandonado o enfermo a quien ofrecemos compañía y medicina. Poco importa sólo los cuidados: hemos de ofrecer a todos nuestro corazón. ...Hay hermosos testimonios de moribundos. “He vivido como un animal. Muero como un ser humano. Ahora soy feliz.” “¿Por qué lo haces?”, dice un moribundo a Madre Teresa que lo lavaba y cuidaba. “por amor”, respondió. Otro diálogo: “¿cómo puedes soportar el hedor de mi cuerpo, que a todos ahuyenta? - esto no es nada comparado con lo que tu sufres. – Gloria a ti mujer. – No: gloria a ti, que sufres con Cristo”. (3) Hay que hacer todo lo posible según la ley de Dios y como Dios quiere que lo hagamos, de ahí que el apostolado sea el principal deber de caridad. Y es por eso que Predicar la Verdad, llevarle a Dios al prójimo, es el acto mayor de caridad en el ámbito natural y sobrenatural. En el ámbito natural, por todo lo que implica en la vida el conocer cómo Dios quiere que vivamos en orden a sus leyes y todo lo bueno que de ello resulta para la persona y para la sociedad. En el ámbito sobrenatural, porque implica la salvación eterna, que es para lo que hemos nacido. No basta vivir bien, hay que saber para qué se vive. Hay además un mandamiento de Dios de que el hombre ame al prójimo, pero cómo y cuánto y hasta dónde es la gran pregunta: “amarás a Dios con toda tu alma, con toda tu mente y todo tu corazón, y al prójimo como a ti mismo”. Esta es la medida con la cual deberemos medirnos. Dios que nos hizo y nos conoce, sabía que (debido a la naturaleza caída) nos amaríamos en demasía y desordenadamente. Por lo tanto, para ponerle medida a este amor desordenado y frenarlo en sus justos límites le puso como referencia el amar al prójimo “como a ti mismo”. Nos manda a amarnos a nosotros también (para recién poder sentir por el prójimo lo mismo que sentimos por nosotros mismos) tratando de dar lo mejor y buscando el bien ajeno como nos ha gustad recibir el nuestro, tanto en lo espiritual y afectivo como en lo material. Gran parte de los hombres actuales, al llegar a este mundo carentes de afecto porque no han sido deseados al nacer (o bien recibidos) no aprendieron a amar al no haber sido amados y por ende serán incapaces de amar al prójimo. Esto lo relata muy bien la psicóloga Crista Meves cuando explica la enfermedad psicológica moderna llamada “desamparo neurótico”. “La psicología profunda sabe desde hace ya veinte años que esta enfermedad psíquica tiene su origen en la carencia de lazos de unión entre el niño y su madre. Tal unión es un extraño proceso de aprendizaje que se consuma en el primer año de vida del ser humano, a través del íntimo contacto entre madre e hijo. Los niños que más pronunciados síntomas de desamparo muestran, son aquellos que fueron pasando de mano en mano, los que estuvieron largos intervalos de tiempo desprovistos del regazo maternal y aquellos a los que en el primer año de vida se les privó de suficientes horas de permanencia junto a la que había de ser su futura educadora. Cada vez que el niño es separado largo tiempo de su madre, puede producirse la secuela de que ya de por vida queden reducidas las posibilidades de que ese niño admita posteriormente vinculaciones estables. Es una persona que no aprendió a “ligarse”. Al proliferar la ocupación de las madres lactantes en trabajos fuera de casa, con la “tecnificación” de todo lo infantil, la cual, en lugar de amor y abnegación, ofrece al niño una materia ya premasticada en forma de unos preparados alimenticios; con tanto juguete, con la televisión siempre al alcance, con el transporte diario horas seguidas en el fondo del auto, se está practicando tan torcida y tan indolente crianza que por fuerza tiene que declararse la plaga colectiva del “desamparo neurótico” como un tremendo peligro que se cierne sobre occidente. Porque mientras que antaño morían aquellos niños cuyo mínimo vital de necesidades quedaba sin satisfacer (y los niños de guardería son mucho más vulnerables que los que viven al calor de sus madres) la medicina consigue hoy que todos ellos lleguen a mayores”…(4) “Para los próximos años hay que contar con una gran proliferación y fuerte crecimiento de los grupos de desamparados... más bien hay que admitir que el terreno está abonado para la potencialización del fenómeno, y que lo único que para ello se necesita es la presencia de un determinado personaje en quien esa enfermedad se haya cebado con mayor gravedad para que se encienda la chispa, como acabamos de ver con horror en nuestros días, en el caso del norteamericano Manson, en el de Fuchs, asesino de Lebach, y en el de la banda Mahler.” (5) En Argentina, en septiembre del 2004, tuvimos el caso de Junior en un colegio secundario de Carmen de Patagones. Un alumno de 16 años entró una mañana y mató a mansalva con una pistola de 9 mm a cinco de sus compañeros e hirió a otros tres. Cuando intentó utilizar un segundo cargador que se trabó, su amigo Dante se abalanzó sobre él preguntándole que hizo. Junior, en silencio, se sentó a esperar que lo vinieran a buscar. Pero dejó escrito en el banco: “el que encuentre el sentido de la vida, por favor que lo escriba acá”... Probablemente a este trágico desenlace habrán influido algunos motivos como: el medio insano para crecer de la sociedad actual, la idolatría a los conjuntos del rock (cuyas letras muchas veces son satánicas e incitan a cometer actos perversos) la constante propuesta de violencia a través de los medios de comunicación, los videojuegos que los acostumbran desde chicos a matar personas como una diversión o el desafío más apasionante delante de los cuales pasan horas interminables, la carencia del sentido de la vida, la falta total de vida espiritual y sacramental que tanto sostiene a las personas, las malas compañías, el quiebre de comunicación con sus padres, familiares o quienes los amaban y los hubieran aconsejado bien. Los adolescentes, los jóvenes y aún hasta los adultos, no terminan de tomar conciencia de la importancia fundamental de no quebrar la comunicación en el ámbito familiar. Y cuando digo comunicación, me refiero al diálogo, a contar lo que nos pasa y lo que sentimos, y a estar dispuestos a escuchar los consejos y puntos de vista de los mayores. No a ladrar, agredir, cruzar monosílabos en un pasillo o lastimar y herir como único medio de comunicarse. “La psicología profunda puede demostrar por los antecedentes de muchos delincuentes que tales personas carecieron ya del amor en su más tierna infancia y no gozaron de la abnegación, de la entrega y de la incansable atención de una madre para con su hijo lactante que necesita de todo. Aquí está el primero y más básico peligro de que la apertura se convierta en cerrazón, en una especie de reserva que se parapeta, ataca por miedo y se venga. Una actitud psíquica en la que no puede tener cabida ni la instancia de una premonición conciencial ni el sentimiento de culpabilidad; pues las personas que nunca fueron amadas, que no vivieron la acogedora tibieza de un paraíso, tampoco sienten mala conciencia cuando les toca desprenderse de los que los abastecieron de todo menos de amor.” (6) “Aunque llegáramos a realizar un sistema de convivencia socialmente perfecto, seguiría siendo cierto que enfermedades como la llamada “desamparo neurótico” y la reunión de esos enfermos en bandas no podrían ser exterminadas mientras no proporcionásemos a las personas en su niñez una educación y un desarrollo adecuado, que es exigido por su propia configuración biológica. Y en ese sentido vamos por mal camino al separar a las jóvenes madres de sus hijos recién nacidos y mandarlas a los puestos de trabajo que tenían antes de su maternidad; al introducir el concepto de “solo ama de casa” como un minusvalor, al propagarse cada día la costumbre de que los lactantes pasen continuamente de unas manos a otras. ¿Qué ocurrirá cuando esa ahora recién nacida generación sea mayor?... los psiquiatras y los psicoterapeutas, entretanto, han investigado tan a fondo el problema que ya pueden demostrar científicamente que este sentimiento es el que está de acuerdo con la verdad. Hoy sabemos que los niños en período de lactancia establecen una vinculación con la persona que los atiende; que es esa persona a quien obedecen, a quien imitan y por amor a la cual se sienten capaces de desarrollar en sí unos sentimientos de responsabilidad y una conciencia. Sabemos que estos preciosos factores de regulación anímica se ven diezmados y pueden llegar a desaparecer completamente cuando las personas con las que el niño tiene contacto directo cambian constantemente en el primer período de vida.” (7) Todo esto podría resumirse en la historia de Moisés, 1.200 años antes de Cristo. El faraón de Egipto temía que los hebreos estuviesen fortaleciendo mucho su poder porque crecían en número. Decidió entonces que no dejaría vivos a los varones que habían nacido. Ordenó que fuesen arrojados al río para ahogarlos. La madre de Moisés, Jojebed, amamantó a su hijo tres meses mientras lo tuvo escondido. Ante la imposibilidad de conservarlo, decidió entregarlo a la divina providencia. Construyó una canasta con ramas de papiro, la cubrió con brea para que no se hundiera y puso a su hijo de tres meses dentro. Dejó la canasta entre las cañas del río Nilo y mandó a su hermana mayor Miriam a observar el destino de su hijo. Con este simple acto confió a Dios el cuidado de su criatura. Las criadas del Faraón que acompañaban a la princesa cerca de la orilla rescataron la canasta. Miriam luego se acercó a la princesa y le ofreció a una mujer hebrea para que amamantase al niño (que resultó ser la propia madre de Moisés). Esta unión entre madre e hijo los primeros años hizo que, si bien moisés fue criado como un príncipe egipcio en el palacio, nunca pudo olvidar el llamado de su sangre judía. Ni el trono de Egipto (lo que no era poco para la época) pudo con ello. Resumiendo el tema: el futuro de los pueblos civilizados en el mundo occidental está seriamente amenazado por este quiebre de derecho y orden natural entre los lactantes, la primera infancia y sus madres. Una ruptura y carencia de afecto antinatural que acusará el daño años más tarde y se manifestará en desequilibrios e inestabilidades afectivas, crisis de identidad, y/o violencia. Crisis de identidad que Moisés no tuvo. En este siglo se han acrecentado todos los pecados contra la caridad, no sólo la discordia, el rencor, el enfrentamiento entre las personas, el odio y la calumnia (que siempre existió) sino la industria de la mofa, de la burla del prójimo, la falta de caridad a unos niveles de escándalo nunca vistos, por la dimensión que cobran a través de la difusión de los medios de comunicación. La revolución anticristiana tan enormemente lejos de la caridad, no sólo ha borrado el amor sobrenatural al prójimo sino hasta el amor natural más elemental. Para escándalo de los pueblos, los medios de comunicación crean programas que ganan cifras millonarias solamente por burlarse, maltratar, mofarse y ridiculizar al prójimo, aún con nombre y apellido, sin importar su cargo o dignidad por el lugar que ocupan en la sociedad.

martes, 30 de julio de 2013

Catolico conoce tu iglesia

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lunes, 15 de julio de 2013

Filosofia by;catolico conoce tu iglesia

Las fuentes de la síntesis tomista: La filosofía de Santo Tomás es tributaria de una larguísima tradición histórica. En algún sentido puede decirse que el tomismo nace de la confluencia de las grandes corrientes de pensamiento que cruzaron la antigüedad y el medievo: platonismo y aristotelismo, helenismo y arabismo, paganismo y cristianismo, sin olvidar otras corrientes secundarias, como la filosofía hebrea. Habiendo nacido en un momento histórico bien concreto y teniendo el sello cristiano medieval, el pensamiento de Tomás de Aquino es un pensamiento esencial y dialogante. No le importó enfrentarse a los prejuicios de su tiempo y se mostró siempre abierto a toda aportación valiosa, dando acogida a toda partícula de verdad, sin importarle que ésta procediera de filósofos paganos, griegos, hebreos o musulmanes. Ese era el auténtico espíritu de Tomás de Aquino y, probablemente, una de sus más valiosas herencias. Su obra constituye un esfuerzo por integrar en un sistema simple, pero coherente, el legado de sus antecesores. En este sentido, conviene señalar que su pensamiento no es la simple suma de elementos de sus predecesores, sino que constituye un sistema propio cuya nota distintiva y original es su noción filosófica del ser, la cual recorre y vertebra el conjunto de su pensamiento.

Razón y fe: Santo Tomás de Aquino replanteará la relación entre la fe y la razón, dotando a ésta de una mayor autonomía. El punto de partida externo de la filosofía de Santo Tomás fue la necesidad de distinguir la razón de la fe, y también la de ponerlas de acuerdo.

La teoría del conocimiento: Santo Tomás no se ocupó específicamente de desarrollar una teoría del conocimiento, del modo en que se ocuparán de ello los filósofos modernos. Al igual que para la filosofía clásica, el problema del conocimiento se suscita en relación con otros problemas en el curso de los cuales es necesario aclarar en qué consiste conocer. En el caso de santo Tomás esos problemas serán fundamentalmente teológicos y psicológicos. Por ser el hombre punto de intersección entre lo meramente corporal y lo espiritual, su modo peculiar de conocer tiene una doble vertiente: por una parte, gracias a su cuerpo, el hombre parte de los sentidos para adquirir conocimiento; pero por otra, gracias a su intelecto, el hombre puede abstraer de las cosas sensibles sus formas o esencias inteligibles, y remontarse así al mundo espiritual. El proceso del conocimiento se da bajo la cooperación estrechísima de alma y cuerpo.

Una metafísica del ser: La mayor parte de la metafísica tomista procede de Aristóteles, pero la necesidad de conciliar el aristotelismo con el cristianismo le llevará a introducir una nueva estructura metafísica, utilizada ya por Avicena, y que constituye uno de los aspectos más originales de su filosofía: la distinción entre "esencia" (essentia) y "ser" (esse). También recurrirá a las teorías platónicas de la participación, de la causalidad ejemplar y de los grados del ser. Analogía, causalidad y participación vertebran y configuran su metafísica del ser. . La existencia de Dios: La existencia de Dios no es evidente para el hombre, por lo que necesita ser racionalmente demostrada. Tomás de Aquino lleva a cabo dicha demostración a través de cinco vías o caminos que son argumentos "a posteriori": parten de las criaturas como efectos y se remontan a Dios como Causa a través de la analogía y la causalidad. Las vías tienen una estructura parecida: el punto de partida es un hecho de experiencia que es considerado metafísicamente; aplicación de la causalidad al punto de partida; imposibilidad de proceder al infinito en la serie de las causas; como término final se concluye la existencia de Dios bajo una formalidad concreta. En este sentido: la primera vía parte de la experiencia del movimiento y llega a Dios como Primer Motor Inmóvil; la segunda vía parte de la experiencia de la causalidad eficiente, y concluye la existencia de Dios como Primera Causa Incausada; la tercera vía parte de la generación y corrupción, y culmina en Dios como Ser Necesario por sí mismo; la cuarta vía tiene su punto de partida en los diferentes grados de perfección que encontramos en los entes y llega a Dios como Ser sumamente perfecto, Acto Puro o Ser por esencia; finalmente, la quinta vía, parte de la experiencia de la finalidad de las cosas y llega a la existencia de Dios como Inteligencia ordenadora del mundo. La esencia de Dios: Dios es incomprehensible, en cuanto que su esencia trasciende o excede la limitación del entendimiento humano. Pero, a pesar de que nuestra inteligencia no pueda abarcar toda la realidad divina, Dios sí que puede ser conocido por el hombre: es cognoscible. Para Santo Tomás, nuestro conocimiento de Dios tiene un carácter analógico cuyo fundamento es la analogía ontológica que se establece entre Dios y las criaturas. El nombre más propio de Dios es el de Ipsum Esse Subsistens (Mismo Ser Subsistente), que constituye su constitutivo formal o atributo fundamental del que se derivan todos los demás. . La creación y el orden: La creación no debe entenderse, en Santo Tomás, como una emanación de Dios ni como una necesidad suya: Al igual que el resto de los filósofos medievales tributarios de la tradición cristiana Santo Tomás afirmará la creación "ex nihilo" (de la nada); es decir, la creación del mundo mediante un acto de Dios totalmente libre, radical y originario. Santo Tomás ofrece una visión jerárquica y piramidal de la realidad creada. La jerarquía de los seres vendrá dada por la mayor o menor simplicidad de estos, es decir, por su mayor o menor cercanía al puro ser de Dios.

El hombre, cuerpo y alma: La doctrina tomista acerca del hombre difiere de la agustiniana y se fundamenta en la concepción aristotélica, la cual tratará de conciliar con creencias básicas del cristianismo como son la inmortalidad del alma y la creación. En línea con el hilemorfismo, afirma que el hombre está compuesto de materia y forma. La unión entre alma y cuerpo no es accidental, sino sustancial. El hombre es un compuesto sustancial de alma y cuerpo, representando el alma la forma del cuerpo. El cuerpo constituye el principio de individuación; el alma le da al hombre su condición en cuanto tal. Frente a la afirmación de algunos de sus predecesores de que existen en el hombre varias formas sustanciales, como la vegetativa y la sensitiva, Santo Tomás afirma la unidad hilemórfica del hombre: el ser humano constituye una unidad en la que existe una única forma sustancial, el alma racional, que informa inmediata y directamente a la materia prima constituyendo el compuesto "hombre". Desaparecen así el alma vegetativa y sensitiva, pero no la racional, que tiene ser en sí misma. Cada alma humana es creada individualmente por Dios. La subsistencia e inmaterialidad del alma son las características esenciales del alma, a partir de las cuales demuestra su inmortalidad. Por otra parte, también cabe destacarse que Tomás de Aquino considera al hombre como persona: adopta la definición de Boecio de persona como "substancia individual de naturaleza racional" que concibe como "lo subsistente en la naturaleza racional".

La Ética: Tomás de Aquino concibe la ética como la ciencia que considera el orden que la razón humana introduce en los actos de la voluntad. Dicho orden se establece con vistas al fin último de la vida humana; viene expresado por ley moral, y se realiza a través de las virtudes morales.

La teoría política: La filosofía jurídica y política de Santo Tomás se desarrolla en torno a la idea de la justicia legal recibida de Aristóteles y el concepto agustiniano del orden. Probablemente una de sus más importantes aportaciones al pensamiento político sea la formulación y explicitación de su célebre definición de la ley como "disposición de la razón para el bien común promulgada por quien tiene el cuidado de la comunidad".

jueves, 11 de julio de 2013

La consiencia La Conciencia Moral Like 11 Cada hombre lleva escrita en su corazón una ley. Por esto, con su inteligencia y voluntad puede distinguir el bien y el mal, lo justo y lo injusto, lo permitido y lo prohibido. Para ayudar a esta luz interior de la conciencia, que a veces se oscurece con el pecado y las pasiones, Dios ha dado los Diez Mandamientos, que sirven para todos y para siempre, y son norma de felicidad y de la buena marcha de cada persona y de la sociedad. Es necesario formar la conciencia moral para que sea buena y segura. ¿Qué es la conciencia moral? La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona humana reconoce la calidad moral de un acto concreto. ¿Cómo sabe el hombre que un acto concreto es bueno o es malo? El hombre sabe que un acto concreto es bueno o es malo mediante su conciencia moral. ¿Puede equivocarse la conciencia? Sí, la conciencia puede equivocarse si no esta bien formada, porque ante un acto concreto podría hacer un juicio erróneo en contra de la razón y de la ley divina. ¿Cómo se forma la conciencia? La conciencia se forma con el conocimiento de la ley de Dios tal como la enseña el Magisterio de la Iglesia, con la práctica de las virtudes, la oración, la petición de consejo especialmente en la dirección espiritual y la recepción frecuente del sacramento de la Penitencia.

jueves, 28 de marzo de 2013

"JUEVES SANTO,"

JUEVES SANTO ¿QUÉ CELEBRAMOS ESTE DÍA?
CATOLICO CONOCE TU IGLESIA
"""BY;HILARIO LARRY TORRES,""

La liturgia del Jueves Santo es una invitación a profundizar concretamente en el misterio de la Pasión de Cristo, ya que quien desee seguirle tiene que sentarse a su mesa y, con máximo recogimiento, ser espectador de todo lo que aconteció 'en la noche en que iban a entregarlo'. Y por otro lado, el mismo Señor Jesús nos da un testimonio idóneo de la vocación al servicio del mundo y de la Iglesia que tenemos todos los fieles cuando decide lavar los pies a sus discípulos.

En este sentido, el Evangelio de San Juan presenta a Jesús 'sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía' pero que, ante cada hombre, siente tal amor que, igual que hizo con sus discípulos, se arrodilla y le lava los pies, como gesto inquietante de una acogida incansable.

San Pablo completa el retablo recordando a todas las comunidades cristianas lo que él mismo recibió: que aquella memorable noche la entrega de Cristo llegó a hacerse sacramento permanente en un pan y en un vino que convierten en alimento su Cuerpo y Sangre para todos los que quieran recordarle y esperar su venida al final de los tiempos, quedando instituida la Eucaristía.

La Santa Misa es entonces la celebración de la Cena del Señor en la cuál Jesús, un día como hoy, la víspera de su pasión, "mientras cenaba con sus discípulos tomó pan..." (Mt 28, 26).

Él quiso que, como en su última Cena, sus discípulos nos reuniéramos y nos acordáramos de Él bendiciendo el pan y el vino: "Hagan esto en memoria mía" (Lc 22,19).

Antes de ser entregado, Cristo se entrega como alimento. Sin embargo, en esa Cena, el Señor Jesús celebra su muerte: lo que hizo, lo hizo como anuncio profético y ofrecimiento anticipado y real de su muerte antes de su Pasión. Por eso "cuando comemos de ese pan y bebemos de esa copa, proclamamos la muerte del Señor hasta que vuelva" (1 Cor 11, 26).

De aquí que podamos decir que la Eucaristía es memorial no tanto de la Ultima Cena, sino de la Muerte de Cristo que es Señor, y "Señor de la Muerte", es decir, el Resucitado cuyo regreso esperamos según lo prometió Él mismo en su despedida: " un poco y ya no me veréis y otro poco y me volveréis a ver" (Jn 16,16).

Como dice el prefacio de este día: "Cristo verdadero y único sacerdote, se ofreció como víctima de salvación y nos mandó perpetuar esta ofrenda en conmemoración suya". Pero esta Eucaristía debe celebrarse con características propias: como Misa "en la Cena del Señor".

En esta Misa, de manera distinta a todas las demás Eucaristías, no celebramos "directamente" ni la muerte ni la Resurrección de Cristo. No nos adelantamos al Viernes Santo ni a la Noche de Pascua.

Hoy celebramos la alegría de saber que esa muerte del Señor, que no terminó en el fracaso sino en el éxito, tuvo un por qué y para qué: fue una "entrega", un "darse", fue "por algo" o, mejor dicho, "por alguien" y nada menos que por "nosotros y por nuestra salvación" (Credo). "Nadie me quita la vida, había dicho Jesús, sino que Yo la entrego libremente. Yo tengo poder para entregarla." (Jn 10,16), y hoy nos dice que fue para "remisión de los pecados" (Mt 26,28).

Por eso esta Eucaristía debe celebrarse lo más solemnemente posible, pero, en los cantos, en el mensaje, en los signos, no debe ser ni tan festiva ni tan jubilosamente explosiva como la Noche de Pascua, noche en que celebramos el desenlace glorioso de esta entrega, sin el cual hubiera sido inútil; hubiera sido la entrega de uno más que muere por los pobre y no los libera. Pero tampoco esta Misa está llena de la solemne y contrita tristeza del Viernes Santo, porque lo que nos interesa "subrayar"; en este momento, es que "el Padre nos entregó a su Hijo para que tengamos vida eterna" (Jn 3, 16) y que el Hijo se entregó voluntariamente a nosotros independientemente de que se haya tenido que ser o no, muriendo en una cruz ignominiosa.

Hoy hay alegría y la iglesia rompe la austeridad cuaresmal cantando él "gloria": es la alegría del que se sabe amado por Dios, pero al mismo tiempo es sobria y dolorida, porque conocemos el precio que le costamos a Cristo.

Podríamos decir que la alegría es por nosotros y el dolor por Él. Sin embargo predomina el gozo porque en el amor nunca podemos hablar estrictamente de tristeza, porque el que da y se da con amor y por amor lo hace con alegría y para dar alegría.

Podemos decir que hoy celebramos con la liturgia (1a Lectura). La Pascua, pero la de la Noche del Éxodo (Ex 12) y no la de la llegada a la Tierra Prometida (Jos. 5, 10-ss).

Hoy inicia la fiesta de la "crisis pascual", es decir de la lucha entre la muerte y la vida, ya que la vida nunca fue absorbida por la muerte pero si combatida por ella. La noche del sábado de Gloria es el canto a la victoria pero teñida de sangre y hoy es el himno a la lucha pero de quien lleva la victoria porque su arma es el amor.

viernes, 8 de marzo de 2013

Los Carismas

Catolico conoce tu iglesia
By Hilario larry Torres

Los Carismas, Los carismas son dones Ministeriales que dan una fuerza muy especial a la evangelización, también son dones espirituales especiales que el señor nos da para edificar la comunidad para construir la Iglesia, algunos confunden la palabra carisma con otras cosas que no son carismas sino dones naturales, por ejemplo hemos oído hablar del carisma de un peluquero y el carisma de un político, carisma de un músico esos no son dones espirituales, son dones naturales que se desarrollan, pero un carisma estrictamente hablando es un don espiritual, si el Espíritu Santo está en nosotros, desde el día de nuestro Bautismo porque somos Templos vivos del Espíritu Santo, está en nosotros con todos sus dones y todos sus carismas, el día de nuestro bautismo hemos recibido el Espíritu Santo con sus siete Dones. Los siete Dones del Espíritu Santo son realmente la raíz de todos los carismas, hablamos de siete Dones, podíamos hablar de infinidad de dones, porque el número siete en la Biblia significa plenitud, y el día de nuestro Bautismo hemos recibido, como leemos en Isaías 11, (1,2). Los siete Dones del Espíritu Santo, el Don de Sabiduría, de Conocimiento, de Inteligencia, el don de Consejo, de fortaleza, el don de Piedad y el de Temor de Dios. Estos son los siete dones que tiene todo bautizado y un carisma es una manifestación exterior del Espíritu Santo, dice San Pablo en la Epístola a los Romanos: " Un carisma es una manifestación exterior del Espíritu santo", así cualquiera de los carismas que se manifiestan en la comunidad cristiana se enraízan en uno u otro de los siete dones del Espíritu Santo, ¿ y para que son los carismas?, San Pablo nos dice en las Epístola a los Efesios.4, (11-13), que Dios dio a unos el ser Apóstoles, a otros Profetas, a otros Evangelizadores, a otros Pastores y Maestros para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del Ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo; fíjense que claro está, ¿ Para que son los carisma?, para edificar el cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia, para construir la comunidad, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo. El Espíritu santo se manifiesta a través de nosotros, de muchas maneras y su manifestación puede ser a través de un carisma de Profecía, puede ser a través de un carisma de Pastor a través del carisma de vida religiosa que es uno de los carismas del espíritu Santo, a través del carisma de sanación, de milagros, carisma de lenguas, de manera que los carismas son algo muy normal en la vida de la Iglesia; un gran canonista español, Teodoro Jiménez Urresti en su obra titulada " Carisma e institución en la Renovación carismática" decía: la base teológica de la Renovación son las gracias recibidas en la iniciación cristiana, y por eso no se identifica con lo extraordinario, los dones por ejemplo de lenguas y de sanación pertenecen a la naturaleza de la Iglesia a su vida ordinaria, no son cosas extraordinarias", algunos lo ven como cosa extraordinaria porque no estábamos acostumbrados a acoger esos carismas, los últimos siglos se manifestaban menos porque había tantas estructuras en la Iglesia que ¿quién por ejemplo, durante una celebración Eucarística en tiempo de Pío XII, se hubiera atrevido a cantar en lenguas en la Iglesia?, eso estaba contra la liturgia, todo estaba ordenado todo estaba estructurado, no había espacio, no había libertad para que se manifestara el espíritu, y en este sentido la gran bendición para la Iglesia ha sido el Concilio Vaticano II, en el que se abrió la puerta para que se manifestara el Espíritu a través de sus carismas, siempre hubo carismas en la Iglesia, desde el día de Pentecostés pero cuando todo está muy estructurado no hay libertad para la manifestación del Espíritu así dice san Pablo: " el Espíritu de los profetas obedece a los profetas", el Espíritu Santo se manifiesta si tiene libertad de manifestarse y si no queremos El no nos obliga, nunca nos va a quitar la libertad, y este canónigo muy famoso en España dice que los dones por ejemplo el de lenguas y de sanación pertenecen a la naturaleza de la Iglesia a su vida ordinaria es necesario considerar estos dones totalmente ordinarios, no como extraordinarios. Teníamos un Obispo cerca de Montreal que tenía mucha dificultad para aceptar esa manifestación de los carismas y el decía que no quería que los católicos anduvieran detrás de las cosas extraordinarias no le gustaba eso. y en una predicación en Montreal yo dije delante de una gran multitud. " Algunos no quieren que los católicas anden detrás de las cosas extraordinarias pero es mejor eso que andar detrás de ceremonias tan monótonas como las hay a veces, tan aburridas" Ahora no hay cosa extraordinaria, es ordinaria en la vida de la Iglesia, es normal que si nosotros le damos permiso al Espíritu Santo que El se manifieste a través de nosotros, a través de carismas. En Santiago un día una religiosa me decía "yo no quiero carismas, no me hable de ellos" le dije: "hermana usted tiene por lo menos uno" y ella contestó "cual" no le gustó eso, le dije. " ¿usted no tiene el carisma de la vida religiosa? eso no se lo habían dicho. ella tenía el carisma de la vida religiosa y no quería saber nada de ellos. La ignorancia es muy atrevida puede afirmar cualquier cosa, todos tenemos carismas de alguna manera, el Espíritu Santo está en nosotros y se manifiesta en uno a través de algún carisma una vez en uno y otra vez en otro; otro carisma el de servicio, son muchos los carismas y sería bueno antes de ir más lejos, ver un poco los carismas que menciona San Pablo, para que veamos que son cosas ordinarias en la vida de la Iglesia, y vamos a poner nuestras vidas en manos del Espíritu Santo y nos vamos abrir a Él y podrá manifestarse a través de nosotros, y es muy humillante haber recibido un carisma, ustedes lo saben, es muy humillante porque es una prueba que solos no podríamos hacer esas cosas; el que es muy orgulloso y lo quiere hacer todo el mismo y hacer nada más que lo que él ha pensado bien, nunca va a ejercitar los carismas que recibe, como el los entiende, si yo quiero comprender antes de actuar ningún carisma es racional, los carismas son manifestaciones del espíritu no lo puedo analizar lo puedo juzgar por el fruto, dice San Pablo: "no apaguen el Espíritu, júzguelo todo y quédense con lo bueno". En su epístola 1ª a los Corintios, en los Romanos 12, en Efesios 4, nos habla de veinte carillas distintos, pero hay muchos más, podemos hacer una lista rápida de los veinte carismas que menciona San Pablo y vamos a descubrir que tenemos algún carisma sin saberlo, por ejemplo San Pablo habla de los carismas que se relacionan a la instrucción de los fieles el habla del carisma de Apóstol, de Profeta, de Doctor de evangelista, el carisma de la persona que sabe exhortar, Exhortador, la palabra de Sabiduría, la palabra de Conocimiento, o de Ciencia, el Discernimiento de Espíritu, el carisma de Lenguas, el Don de Interpretación de Lenguas, son carismas que el Espíritu Santo nos da en la comunidad para la instrucción de los fieles. Cuando el habla de los carismas relacionados al alivio de los fieles de la comunidad San Pablo habla del carisma de Limosnas, hay muchos de ustedes que tienen ese carisma y no lo saben y hay otros que no, más bien tienen el carisma de limosneros, hay el carisma de la Hospitalidad, pero no todo el mundo lo tiene, hay gente que no son fáciles en eso, yo me recuerdo que una vez, predicábamos en un retiro en Panamá y después teníamos que dar otro retiro en otra ciudad, y el párroco había aceptado en recibirnos pero no quería saber de la Renovación Carismática, la permitía nada más, eso le pasa a muchos párrocos todavía y necesitan un lavado de cerebro porque no entienden que se trata, pero él nada más aceptó a recibirnos a comer antes de dar el retiro en la parroquia con el equipo de la Renovación, éramos yo, otro sacerdote y el chófer, pero él al recibirnos dijo: " me habían dicho que eran dos y yo había preparado comida sólo para dos" Yo quedé muy mal, porque habíamos invitado al chófer a venir a comer con nosotros, el pobre nos había traído de lejos, entonces cuando el párroco reaccionó así, yo le dije al chófer: " bueno ven con nosotros y yo te daré la mitad de mi comida" y ahí el párroco no pudo con él; entramos y comimos los tres y sobró comida, mucha comida, ese padre no tenía el carisma de la hospitalidad, hay personas así. Uno que tiene el carisma de la Hospitalidad y recibe visita a la hora de comer dice "ven a comer" y si ve que falta algo le echa un poco de agua a la sopa y lo soluciona, ¿verdad? saber compartir; el otro que no tiene ese carisma está muy limitado. Ese padre el pobre no tenía el carisma de la hospitalidad. Eso sucede a veces, llegas a una casa a la hora de la comida y cuando ven llegar el coche rápidamente tapan los platos, y tu entras y te dicen: " padre que pena si hubiese llegado antes hubiera comido con nosotros" y entonces cuando te vas sacan sus platos fríos y se lo comen frío, porque es muy notable que hay personas que tienen el carisma de la hospitalidad y otros nunca están dispuestos a recibir, a acoger a la gente, es un don del Espíritu Santo yo supongo que lo tienen todos ustedes por eso hablo con mucha libertad. Dice San Pablo que los dones o carismas que el Espíritu Santo nos da para el alivio de los fieles en esos dones aparecen el don de Asistencia, el carisma de Curación o sanación, el carisma de milagro y la Fe Carismática la fe que no duda. Y en un tercer grupo de carismas el habla de los carismas relacionados al gobierno de la comunidad, fíjense que los carismas son siempre para el servicio de la comunidad y para evangelizar, para anunciar la buena noticia de Jesús Resucitado y formar comunidades fraternas donde Jesús es el centro y donde se vive en la fe, en el tercer grupo relacionado al gobierno de la comunidad a la dirección de la comunidad está el Carisma de Pastor, el Carisma de aquel que preside, el Carisma del Diácono, la Diaconía, al recibir a Cristo recibió ese carisma, el Carisma de los Ministerios de los Servicios, hay muchos carismas por ejemplo el carisma de la Infalibilidad del Sumo Pontífice; la única persona del mundo que tiene ese carisma del Espíritu Santo es el Papa, Jesús dijo a Pedro: " tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia", no dijo mis Iglesias, Jesús fundó una, todas las demás la fundaron los hombres, El fundó una Iglesia y dijo "edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no la vencerán", esa promesa que hizo Cristo dando infalibilidad al Papa cuando habla en nombre de Cristo, cuando decreta un dogma de fe la mantiene esa promesa, ese carisma sigue vigente en la Iglesia, pero si el Papa renuncia a su cargo como Vicario de Cristo en la Tierra, como ha sucedido alguna vez en la historia de la Iglesia, por enfermedad o por lo que sea, entonces se reúnen los Cardenales del mundo, son ciento veinte, siempre hay este número de Cardenales, cuando faltan, el Papa nombra nuevos Cardenales, estos después de los ochenta años ya no pueden votar para la elección del Papa y mantienen el número ciento veinte como en el Cenáculo donde el número de los que se reunían eran de unos ciento veinte, dice el libro de los Hechos de los Apóstoles; y se reúnen los Cardenales y nombran un Sumo Pontífice. Suponemos que Juan Pablo II renuncia, lo que no va a pasar pero suponemos que renuncia y que se nombra un nuevo Papa, el Carisma de la Infalibilidad lo tendría el nuevo Papa y ya no lo tendría Juan Pablo II, después de haber renunciado a su cargo pastoral de Vicario de Cristo en la Tierra, y esto es un signo de que un carisma es un don para acompañar un ministerio y que ese don puede desaparecer, si el ministerio desaparece, yo he notado por ejemplo que ese carisma de Sanación que me dio el señor lo veo especialmente en la Evangelización, y si yo dejo de evangelizar, predicar estoy seguro habría muy pocas manifestaciones del Carisma de sanación, acompaña la evangelización; en el ministerio que el Señor me ha dado ese carisma acompaña el anuncio del evangelio, hay personas que no entienden eso, tenemos una evangelización una misa de sanación y se ora por los enfermos y creen que si no se les toca no se van a sanar, eso es superstición no es fe, la fe esta en Jesús y El actúa no hace falta tocar a nadie, a veces el Señor sana a través de la televisión y no tocamos a la persona, a veces sana a través del la radio y otras a través del teléfono, yo no les digo esto para que me llamen porque no alcanzo para tanta llamada. No hay reglamento para Jesús sanar, pero donde vemos mas manifestaciones del poder de Espíritu Santo en ese ministerio de sanación es especialmente en la evangelización, de tal manera que si uno no puede evangelizar es como si estuviera haciendo un ministerio a medias, si alguien me pide orar por los enfermos y no me da tiempo para evangelizar yo le digo que no, no voy. yo fui invitado un día a predicar en una catedral, donde el Arzobispo, yo venía de lejos a predicar a esa catedral era para una novena a la Virgen, llegué allí y el celebró la misa era normal siendo el la autoridad, después el predicó y después en la comunión me pidió hacer una oración por todos sus enfermos, el había predicado sobre el valor del sufrimiento que es muy bueno, yo le dije " Monseñor Usted habló tan bien del valor del sufrimiento que nadie se quiere sanar así, voy a perder el tiempo" le dije "usted quiere que ore por los enfermos deme por lo menos unos minutos para decirle a la gente que Jesús también sana, el valor del sufrimiento redentor y el valor de la sanación como signo que acompaña la proclamación de la palabra de Dios" el dijo eso está bien, entonces yo prediqué quince minutos para dar mi testimonio y poder decirle a la gente que Jesús también sana, el acepta nuestro sufrimiento cuando se lo ofrecemos y le da un valor de redención, pero también El quiere manifestar su victoria, cada vez que Jesús sana a un enfermo nos recuerda que El ha vencido el pecado y las consecuencias del pecado, y la enfermedad entró en el mundo por causa del pecado, y la muerte entró en el mundo por causa del pecado, son consecuencias no del pecado personal, sino del pecado original, un niño de tres meses no ha hecho ningún pecado y si enferma es porque pertenece al género humano y hereda las consecuencias del pecado original de Adán y Eva, y cuando Jesús sana a un enfermo nos vuelve a recordar que El ha vencido al pecado y cuando resucita a un muerto nos vuelve a recordar su victoria sobre el pecado original, y su propia resurrección fue la gran señal de su victoria sobre el pecado, El resucitó victorioso del sepulcro para no volver a morir y nos da la seguridad de que nosotros también resucitaremos todo. pero lo peor es pensar que no todos van a resucitar para la misma suerte, unos dice el profeta Daniel resucitarán para su eterna salvación, y otros resucitarán para su eterna condenación. Pensándolo bien eso es de pánico, por eso es urgente evangelizar a nuestros hijos a nuestros familiares a nuestros amigos a nuestra comunidad para que ellos también tengan la gran bendición de la resurrección final para su eterna salvación, porque sino pueden seguir andando por camino extraviado y no saben a donde le lleva eso, no tienen ni idea de lo que va a pasar después de su muerte, ustedes deben comunicarles lo que ustedes saben acerca de Dios de la vida eterna, del Cielo del Infierno que sepan que eso existe, y entonces en la evangelización cuando proclamamos a Jesús el Señor que vino a este mundo por nosotros los hombres y por nuestra salvación ,que murió por nosotros y resucitó para darnos a nosotros la vida eterna, cuando proclamamos estas verdades, este primer anuncio de Jesús, muchas veces el señor acompaña la proclamación de su palabra con signos que vienen a dar credibilidad a su palabra. Traten de comprender que el ministerio de sanación es algo muy normal en la evangelización. A veces terminamos un retiro o una misa de sanación y se te acerca gente y me dice " padre impóngame las manos" y me entran gana de darle un puñetazo, y decirle acabamos de terminar, déjale al Señor el tiempo de obrar. hay cierta superstición, piensan que tocándolos se van a sanar, yo les dije en Italia " usted está muy equivocado al querer tocarme, acuérdate que cuando Jesús entró en Jerusalén, El entró sentado en un burrito y si la gente tocaba al burro no recibía nada, ¿verdad?, yo soy como el burrito que lleva a Jesús, toca a Jesús pero no a mí, si tu tocas al burro no vas a recibir nada" Hay que tratar de orientar a la gente a purificar su fe. Estaba predicando un día un retiro al aire libre, había muchas personas tenía mi saco lo quité para poner el alba lo puse sobre mi silla y celebré la misa y durante la predicación oí gente que se estaban moviendo detrás " pensé que será lo que pasa" y una me dijo "los botones" yo no entendía eso de los botones y después de la misa me di cuenta que me habían cortado todos los botones de mi saco, para guardar reliquias, cualquier día van oír decir que los botones del padre Emiliano están sanando a la gente. Es curioso yo volví con un saco sin botones, tuve que comprarme botones para ponerlos en mi saco, pero debemos purificar nuestra fe y poner nuestra fe en Jesús. no en esas cosas. Es interesante que la gente descubra que los carismas son dones a través de los cuales el Señor actúa respondiendo a una oración pero no es cuestión ni de tocarles, "póngame la mano, póngame la mano ahí", yo digo "no pongo la mano en ningún sitio lo más es ponerla en la cabeza, pero déjeme tranquilo". Hay brujos que ponen la mano donde le duele a la gente pero nosotros en el ministerio de sanación no hacemos eso, es la fe; la imposición de manos sobre la cabeza, sobre los hombros no está mal pero no es eso lo que sana, es un signo de compasión nada más , el que sana es Jesús, con el poder de su Espíritu y si ustedes van a orar por una persona traten de aprovechar de su visita a un enfermo o aún vecino para evangelizarlo un poquito, evangelizar no se hace solamente desde el púlpito o de la televisión o de la radio, se puede hacer en un diálogo personal con el enfermo que tu visitas, háblale algo de Jesús, háblale algo del valor su sufrimiento que lo ofrezca y pida con el que el señor le libere, porque Jesús ha tomado sobre si todas nuestras dolencias, nos dice el profeta y por sus santas llagas somos curados y es un buen momento para presentar a Jesús a tu enfermo ayudarlo a reflexionar, tu puedes evangelizar cada vez que tu oras por un enfermo. Todos los carismas acompañan a la evangelización, son dones maravillosos para fortalecer la evangelización , ya sea una evangelización desde el púlpito o en una visita privada o por teléfono, a través de una carta, tu aprovecha para decir algunas palabras a la persona y puede el señor actuar a través de tu carta, les digo que una de las sorpresa de mi vida es ver como mi librito JESÜS ESTÄ VIVO está evangelizando. Yo he recibido cartas de Hungría de una señora que me decía que leyendo JESÜS ESTÄ VIVO se sanó de su artritis durante la lectura, yo me preguntaba como podía ser si el libro no está traducido en húngaro y le volvía a escribir preguntándole quién fue el que tradujo este libro en húngaro, fue un padre jesuita que se le ocurrió traducirlo y no me había dicho nada, entonces le dimos las gracias al padre que lo tradujo. Ya acabamos de llegar a un millón de ejemplares, como puede ser tan sencillo y circular tanto, parece ser que el Señor lo utiliza como un medio para evangelizar, está traducido en 16 idiomas, no lo digo esto para que lo compren porque ya hemos vendido bastantes, pero es curioso, testimonios sencillos que mientras la gente lo va leyendo, algunos crecen en la fe y hasta reciben bendiciones, sanaciones; que quiere decir eso que la sanación acompaña la evangelización. Cualquier carisma es un don para conducir la comunidad y para acompañar la evangelización. Todos los carismas son dones espirituales especiales que el Señor nos da para construir la comunidad, para servir la comunidad. El Papa Pablo VI en una catequesis el 16 de Octubre del 1974 dijo algo muy bonito al respecto " Uno recibe el don de los milagros para que pueda realizar actos que a través de la maravilla y de la admiración llamen a la fe, y quisiera Dios que el Señor aumentase todavía mas una lluvia de carisma para hacer fecunda hermosa y maravillosa a la Iglesia y capaz de imponerse incluso a la atención y el estupor del mundo profano lay sisante". Una profecía puede ser por ejemplo la oportunidad para el bien de una asamblea de crecer en la fe, a veces en una reunión una persona recibe una profecía bien bonita llena del Espíritu y una persona en la asamblea se siente tocada en su corazón y comienza a llorar, y el que dio la profecía sabía que era una palabra para esta persona, tal vez para sanar una herida emocional, de su corazón tal vez para fortalecer su fe. Cualquier carisma es una manifestación exterior de uno de los siete dones del Espíritu, todos lo carismas se enraízan en los siete dones del Espíritu Santo, por ejemplo el carisma de la palabra de Sabiduría se enraíza en el don de Sabiduría, el carisma de la palabra de Conocimiento y de la fe carismática la fe que no duda se enraízan en el don de conocimiento, el carisma de Profecía de enraíza en el don de Inteligencia, el carisma de Discernimiento y de Interpretación se enraízan en el don de Consejo, y vemos que el carima de sanación y el carisma de milagros se enraízan en el don de Fortaleza, es una manifestación exterior el don de Fortaleza, el carisma de Lenguas es un don de Oración en el Espíritu, también puede servir para comunicar mensajes en Lenguas pero es primero un don de Oración y se enraíza en el don de Piedad que hemos recibido en el bautismo, de manera fíjense bien : la palabra de Sabiduría, la palabra de Conocimiento, la Fe Carismática y la Profecía nos hacen hablar como Jesús, nos da la capacidad de hablar como Él, porque es el Espíritu de Jesús el que actúa en nosotros, el discernimiento de Espíritu y el carisma de Interpretación nos hacen pensar como Jesús, el carisma de Sanación el carisma de Milagros nos hacen obrar como Jesús. El don de Lenguas que es un don de Oración en el Espíritu nos hace orar como Jesús, si la gente supiera el valor del don de Lenguas, dejarían de burlarse de este don, porque es una fuerza de oración mas grande que la nuestra, dice San Pablo en la Epístola a los Romanos en el capítulo 8 versículo 26: "Nosotros no sabemos como orar para orar como conviene, mas el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad, y viene a orar en nosotros con gemidos inefables" no son palabras fácil de aceptar al principio. Yo me recuerdo que aquí en radio Santa María la emisora católica de un padre que daba conferencias cuando comenzó la Renovación Carismática el se pensaba bien capacitado, todo lo quería juzgar y entender y como no entendía el don de Lenguas el dijo en su conferencia que los que hablan en Lenguas es porque les faltan vitaminas ¡ que barbaridad!, el no entendía; muchos campesinos que habían recibido el don de Lenguas y oyeron esto, no querían hablar mas en Lenguas para que no les llamaran locos; yo tuve que ir visitando los grupos de la Parroquia diciendo: "sigan orando en Lenguas y vamos a demostrarle a ese padre que no nos falta vitaminas" a el si le faltaron vitaminas porque un día se desanimó en su vocación, dejó su congregación dejó el ministerio y ahora va perdido por ahí y no se lo que hace, le faltaron vitaminas, y los grupitos de oración siguieron orando en Lenguas y ahora tenemos 2500 grupos de Oración Carismáticos en la República Dominicana, y siguen construyendo comunidades, pequeños grupos que se reúnen para formar comunidades fraternas, donde los carismas aparecen para servir a los hermanos. Es importante que nosotros podamos descubrir que un carisma no es para uno mismo es para servir la comunidad, el único carisma que nos sirve personalmente es el don de Lenguas, el don de orar en Lenguas porque es un don de oración es una manifestación exterior del don de Piedad que hemos recibido en el Bautismo, y dice San Pablo que el que habla en Lenguas se edifica a sí mismo, se está construyendo espiritualmente, por eso los que tienen el don de Lenguas deberían orar en Lenguas todos los días, no solamente una vez a la semana cuando viene la reunión de oración, traten de dejar que el Espíritu santo vaya construyéndolos a ustedes cada día. Yo conozco un sacerdote que de noche cuando llega bien cansado se sienta en su mesa de orar en el aposento y me contaba que le gustaba orar por lo menos veinte minutos en Lenguas solito, y el ha descubierto que la oración en Lenguas es una puerta abierta a la oración contemplativa, que el no había gozado todavía de ese privilegio de la oración contemplativa y orando en Lenguas nuestra inteligencia no trabaja es el Espíritu que ora en nosotros, y la inteligencia está libre para no dejarse distraer por ideas distintas y para comenzar a contemplar el amor de Dios a través de la oración. El don de Lenguas es un don de Oración en el Espíritu, es mucho más poderoso que nuestra pobre oración. Todos los carismas son para ayudarnos, lo que dice San Pablo del don de Lenguas cuando dice " el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad", nosotros lo podemos decir por cualquier carisma, todos los carismas son dones en los cuales el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad, por eso les repito: Los carismas son dones para servir mejor. El recibir un carisma es muy humillante porque es una prueba de que solos no podemos hacer esa obra, si la podemos hacer solos el espíritu Santo no tiene porqué venir en ayuda de nuestra debilidad en ese sentido es humillante, por eso para ejercitar los carismas hay que morir a nosotros mismos, hay que dejarse de preocuparse del que dirán, " que va a decir la gente si yo doy una profecía, que va a decir la gente si yo canto en Lenguas, que van a decir si yo impongo las manos a un enfermo" la preocupación del que va a decir la gente apaga mucho el Espíritu, es el respeto humano es la vanidad, no querer ser burlado, hay que aceptar la crítica de la gente y a veces para entrar en la vida del Espíritu de verdad hay que decidir que nuestra reputación no tiene importancia, lo importante es el reino de Dios, hay que morir a nuestro yo a nuestra preocupación por nuestra fama , por ejemplo, hay que perder nuestra fama para ejercitar los carismas, si nos preocupamos por ella para tener un nombre muy bueno delante de todos, ¿quién se va atrever a ejercitar carismas en público?. Ese es el problema de muchos. Yo le decía a los sacerdotes en Roma en una intervención que tuve en el primer retiro sacerdotal, yo les dije": muchos sacerdotes tendrían carismas hermosos si no tuviesen tanta preocupación por su fama, por su reputación. Porque para ejercitar los carismas hay que dar hasta nuestra reputación, aceptar que algunos nos critiquen y también les dije a ellos que muchos seglares tienen mucha preocupación por su reputación y están como bloqueados por el respeto humano. Antes de ejercitar un carisma les decía se parecen a un sacerdote de nuestro país que al principio de la Renovación tenía un obispo que toleraba la Renovación, no le gustaba eso, y había grupos de oración que crecían en el país en distintas parroquias, y un día había un retiro de mucha gente de miles de personas y se invitó al obispo a celebrar la Misa de clausura, eso por lo menos sabía hacer, celebrar misa, habían instalado una tarima alta delante de todo el mundo, cuando el obispo subió al altar celebrar Misa fallaron los micrófonos, no había sonido, y sin sonido era imposible hablar a la multitud, y entonces el sacristán abrió el amplificador tocó los alambres y nada no había sonido, y entonces el pobre obispo dijo: "creo que tenemos un problemita con los micrófonos" y la multitud contestó: "y con tu espíritu" .Se pensaban que comenzaba la misa ¿verdad?. sin darse cuenta dijeron una palabra de Sabiduría, porque teníamos problemas con su espíritu. Este obispo ya no tubo más problemas con su espíritu, él aceptó muy bien la Renovación al juzgar los frutos, así nos pasa a todos tenemos problemas con nuestro espíritu, nos cuesta abrirnos a la acción del Espíritu Santo, dejar que pase a través de nosotros porque ningún carisma es racional, si yo quiero juzgarlo todo antes de hablar, ¿cómo voy a dar una profecía, cómo voy a cantar en Lenguas?, cuando comienzo a cantar en Lenguas yo no se ni la palabra ni la música, me viene un impulso a cantar en Lenguas y yo no se donde voy a parar con eso, es un paso en fe cualquier carisma; si yo quiero estar seguro de que se va a sanar un enfermo, antes de imponerle las manos no lo voy a hacer, porque yo no tengo seguridad, algunos por miedo a ser burlados no se atreven ni a dar una palabra de sabiduría que reciben, y no se atreven a hablar por miedo a equivocarse, y es una muerte a nosotros mismos el ejercicio de los carismas. Hay que morir a nuestras vanidades hay que aceptar ser criticado, para ser instrumentos con poder para la construcción del reino de Dios, si yo me preocupo mucho de mi reputación nunca voy aceptar los carismas porque no es racional, el ejercicio de los carismas no es racional, no digo que irracional pero si más alto que mi razón, no es la capacidad humana la que actúa es el poder del Espíritu Santo, es más alto que mi razón. El ejercicio de los carismas es un camino de crecimiento en la fe y en el amor. En la fe porqué cada vez que ejerces un carisma tu lo haces en fe, tu nunca tienes seguridad, se juzga el árbol por los frutos no por lo que piensa mi párroco o lo que piensa mi vecino de atrás, se juzga por los frutos. Y para ver el fruto hay que poner la semilla, entonces repito es un camino de crecimiento en la fe y en el amor porque ningún carisma es signo de santidad, es un don gratuito para servir, lo que nos santifica es el servicio, si yo creo que es un signo de santidad puedo corregir mi opinión, por ejemplo una persona puede recibir el carisma de la vida religiosa que es un carisma auténtico que reciben miles de personas en la Iglesia, pero si con su carisma de la vida religiosa, vive mal la vida cristiana si vive una vida desordenada a espalda del Evangelio, con su carisma de la vida religiosa se puede ir derechito al infierno. Es una prueba de que un carisma no es prueba de santidad es un don para servir y si yo lo pongo al servicio de la comunidad eso si me santifica y me obliga el ejercicio de los carismas a caminar en fe, siempre es un paso en fe, yo me recuerdo haber vivido una experiencia bien difícil un día en Artipa en el Perú, teníamos una campaña de evangelización y en la misa de clausura habían organizado un encuentro en el centro deportivo, había 14.000 personas, el centro deportivo estaba repleto, y habían anunciado que en la misa de clausura íbamos a tener un ministerio de sanación, celebraba la misa el obispo, había 25 sacerdotes concelebrando, fue una misa de mucho gozo y de mucha alegría y había muchos enfermos junto al altar abajo en sillas de ruedas, con muletas, en camilla, otros con bastones, realmente parecía un hospital. Cuando vino el momento de la oración de sanación después de la comunión, hicimos una oración comunitaria, cantamos en lenguas y yo recibí en mi corazón una palabra del señor muy clara, que aquí hay alguien que sufre de parálisis y se está sanando, yo la dije y lo anuncié , pedí a la persona que tenía parálisis que sentía mucho calor en sus piernas que intentase levantarse en el nombre de Jesús, que iba a caminar, y no se movía nadie, lo volví a repetir le decía te quedas sentado no se va a ver la gloria de Dios, pon un gesto de fe, levántate, tu puedes caminar tu sientes sanación físicamente, y nada, entonces me empecé a sentir muy incómodo especialmente por el obispo que estaba ahí, yo pensaba que iba a decir que era un mentiroso, anuncio algo y no pasa nada, entonces dije sigamos orando y cuando te des cuenta de tu sanación tu darás testimonio seguimos orando y recibí otra palabra del Señor bien clara hay alguien que sufría de sordera y se está sanando, tu por lo menos te das cuenta de tu sanación porque tu no oías lo que yo estaba diciendo y ahora esta oyendo clarito, ponte de pie dale gloria a Dios, identifícate y al decir esto uno de las sillas de ruedas se levantó, ¡ era él, el paralítico pero estaba sordo! Yo le gritaba en el nombre de Jesús levántate camina, el pobre me mirándome estaba sordo. Entonces el señor vino en ayuda de mi debilidad y le sanó los oídos, el hombre se levantó y comenzó a llorar y se dio cuenta de que podía caminar y llorando de alegría se acercó hasta el micrófono, y el nos contó que el había sufrido un derrame cerebral muy fuerte que le causó la parálisis de todo el lado derecho y le había afectado los oídos y no oía, y acababa de sanarse de parálisis y de los oídos. Cuando el terminó yo tomé el micrófono y dije." Señor la próxima vez sana los oídos primero y las piernas después" Yo le daba consejos al Señor para no pasar por ese aprieto, que realmente es una muerte a veces este ministerio. Es una muerte porque no siempre aparece de una vez el signo, por eso hay que decidir que nuestra reputación no es importante, lo importante es la gloria de Dios, y la Gloria de Dios se manifestará tal vez dentro de dos semanas, porque la sanación no siempre es instantánea a veces es progresiva, yo les hablo de este ministerio de sanación pero no vayamos a limitarnos, todos los carismas acompañan la evangelización, acompañan la construcción de la comunidad, una vez estaba yo predicando en Bruselas y el cardenal Danis, después de los retiros me llamó, yo pensé que será lo que pasa, será un espía del vaticano que me denunció, uno no sabe como la gente puede interpretar esos retiros, a veces algunos están muy confundidos, y ahí me hizo preguntas y mas preguntas sobre el ministerio de sanación, sobre el carisma de la Palabra de Conocimiento, sobre el ministerio de la Liberación y yo me di cuenta que el quería verificar lo que yo hacía, hora y media haciéndome preguntas y yo le pregunté " Usted que piensa de todo eso" y el me decía la opinión mía no es importante lo que quiero saber es la opinión suya, y yo le decía mi opinión hablando y hablándole de Eminencia. Yo creo que el señor nos da maravillas para contemplar y nosotros las transformamos en problemas para discutir el me dijo tiene usted razón es verdad.. En vez de dar gloria a Dios a veces hacemos problemas con las manifestaciones del Espíritu pero San Pablo nos dice que hay que juzgarlo todo y quedarse con lo bueno, y vamos a juzgar ¿cómo? por los frutos dice Jesús se juzga un árbol por los frutos, por los frutos lo conocerán y los frutos esos carismas que el señor está renovando en la Iglesia hoy son numerosos, los frutos son realmente para la evangelización, para la manifestación del poder de Dios entre nosotros, para la construcción de la Iglesia. termino diciéndoles que todos los carismas manifiestan el poder de Dios, autentifican el mensaje, invitan a la conversión, acompañan a los apóstoles a los que anuncian el evangelio, estos signos vienen a confirmar como dice San Pablo en Romanos 1,16 El Evangelio es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree. Amén               --------------------------------------------------------------- Los Carismas Tanto las visiones como las locuciones pueden ser de tres clases: 1ª. Sensibles o externas, es decir, percibidas por los sentidos. 2ª. Imaginarias, o no percibidas por los sentidos externos sino por la imaginación. 3ª. Puramente intelectuales, o no percibidas ni por los sentidos externos, ni internos, sino recibidas directamente por la inteligencia. Las primeras son de suyo propias de los principiantes en la vida mística, quienes no saben prescindir de sus sentidos externos ni han conseguido desligarse de los efectos sensibles, además son las menos seguras. Las segundas corresponden a las almas más adelantadas y que han conseguido vencer a sus potencias sensitivas, pero no de forma como para no necesitar de ciertas consolaciones. Y por último, las terceras son las de las almas que han llegado a un grado de perfección grande, cuyas potencias del alma están muy purgadas y que además están en condiciones de alcanzar un conocimiento puramente espiritual. Estas últimas son las más seguras y según los teólogos, en ellas no es posible el engaño al no percibirse por los sentidos. Todas estas gracias carismáticas podemos considerarlas como un fenómeno ordinario entre las almas que han llegado a una elevación espiritual o contemplación, a través del desarrollo de las virtudes en su corazón y desde luego por medio de la disciplina y el esfuerzo. En cambio, en las manifestaciones que se dan en las almas que carecen de un grado de perfección espiritual, como suele ocurrir en las actuales apariciones de la Virgen, eligiendo a sus videntes de entre los simples fieles, tiene lugar preferentemente las visiones o manifestaciones sensibles por los sentidos. Lo que importa es no apegar el corazón a estos medios extraordinarios del Señor, sobre todo sabiendo despreciar lo que tienen de consuelos sensibles, ya que esto sería buscarse uno a sí mismo y olvidar de quién procede la dádiva. Pero también es cierto que no debemos resistir si Dios las ofrece, ni impedir que infunda esta gracia en nosotros si El así lo desea. Nuestro consejo a todas las almas es que se fundan en una verdadera unión mística con su Creador, y será entonces cuando los Dones del Espíritu Santo se derramarán sobre toda criatura. Mas para escuchar la voz del Espíritu y entablar conversación amorosa, es preciso el mayor recogimiento y pureza de corazón por nuestra parte. Difícilmente se comprenderá la voz del cielo si estamos sumergidos en el estrépito del mundo, en lugar de buscar las cosas de Dios en el silencio y aislamiento de todo lo terreno. Incluso para las almas consagradas y las que viven trabajando por Dios, si están continuamente atareadas y sin tiempo para recogerse en oración, no llegan a captar como favores de cielo ciertos hechos que para los sencillos y pequeños, son palpablemente manifestaciones de Dios. Para alcanzar la ciencia de la mística, que en su más estricta acepción es la misma vida cristiana llevada a su plena manifestación, se necesita de un continuo esfuerzo en la oración. Tema tomado de Luis Matute Murillo de su libro CARISMAS: don sobrenatural.  Testimonio Yo puedo añadir por experiencia que al principio el Señor te pone sensaciones perceptibles por tu cuerpo como escalofríos, calor intenso, fuerte olor a Rosa o incienso, sensación de elevarte del suelo, etc. antes de recibir una locución o visión, pero que con el tiempo te desaparecen y después has de actuar tú en fe, cuando sientas esa locución, sin que hallas tenido esas percepciones sensitivas en tu cuerpo. Cuando el Señor te quiere transmitir algo a tu corazón, una vez que ya no sientes esas sensaciones en tu cuerpo, te lo transmite a través del pensamiento, con palabras que te vienen al corazón, normalmente mas fuerte que otras palabras interiores y a veces repetitivas. Un día en el grupo de oración, habíamos orado unos por los otros imponiéndonos las manos, yo sentí en mi corazón que una persona que había en el grupo, la oración que le habíamos hecho le había sentado muy mal y que volviéramos a hacerle de nuevo oración, yo le dije en voz alta para que todos me sintieran, y nadie dijo nada, por segunda vez me vinieron estas palabras a mi corazón con fuerza y volví a decirlo en el grupo y nadie dijo nada, pero me vinieron por tercera vez y con vergüenza las volví a repetir, en eso que se levanta una mujer de entre los que estábamos, seríamos unas quince personas, y dijo con voz fuerte y llorando:

martes, 26 de febrero de 2013

""Biblia y tradicion""

"""""Biblia y Tradición""""

CATOLICO CONOCE TU IGLESIA
""BY;HILARIO LARRY TORRES,""

Después de esto podemos decir que la revelación divina ha llegado hasta nosotros por la Tradición Apostólica y por la Sagrada Escritura. No debemos considerarlas como dos fuentes, sino como dos aspectos de la Revelación de Dios. El Concilio Vaticano II lo describe muy bien: «La Tradición Apostólica y la Sagrada Escritura manan de la misma fuente, se unen en un mismo caudal y corren hacia el mismo fin». La Tradición y la Escritura están unidas y ligadas, de modo que ninguna puede subsistir sin la otra.

Además, la Sagrada Escritura presenta la Tradición como base de la fe del creyente: «Todo lo que han aprendido, recibido y oído de mí, todo lo que me han visto hacer, háganlo» (Fil.4,9). «Lo que aprendiste de mí, confirmado por muchos testigos, confíalo a hombres que merezcan confianza, capaces de instruir después a otros» (2. Tim. 2,2).

«Hermanos, manténganse firmes guardando fielmente las tradiciones que les enseñamos de palabra y por carta» (2 Tes. 2,15).

Está claro que el Apóstol Pablo, para confirmar la fe de los cristianos, no usa solamente la Palabra de Dios escrita, sino que recuerda también de una manera muy especial la Tradición o la predicación oral.

Para el Apóstol las formas de transmisión del Evangelio: Sagrada Escritura y Tradición, tienen la misma importancia. En realidad, una vez que se escribió el NT no se consideró acabada la Tradición Apostólica, como si estuviera completa la Revelación Divina. La Biblia no dice eso; en ninguna parte está escrito que el cristiano debe someterse ¡sólo a la Biblia! Esta es una idea que surgió entre los protestantes recién en los años 1550. En la Iglesia Católica hubo siempre una conciencia clara sobre la importancia de la Tradición Apostólica, sin quitar a la Biblia el valor que tiene.

¿Sólo la Biblia?

Es un error creer que basta la Biblia para nuestra salvación. Esto nunca lo ha dicho Jesús y tampoco está escrito en la Biblia. Jesús, reitero, nunca escribió un libro sagrado, ni repartió ninguna Biblia. Lo único que hizo Jesús fue fundar su Iglesia y entregarle su Evangelio para que fuera anunciado a todos los hombres hasta el fin del mundo.

Fue dentro de la Tradición de la Iglesia donde se escribió y fue aceptado el N.T., bajo su autoridad apostólica. Además la Iglesia vivió muchos años sin el N.T., el que se terminó de escribir en el año 97 después de Cristo. Y también es la Iglesia la que, en los años 393-397, estableció el Canon o lista de los libros que contienen el N.T.

Por tanto, si aceptamos solamente la Biblia, ¿cómo sabemos cuáles son los libros inspirados? La Biblia, en efecto, no contiene ninguna lista de ellos. Fue la Tradición de la Iglesia la que nos transmitió la lista de los libros inspirados. Supongamos que se perdiera la Biblia, en ese caso la Iglesia seguiría poseyendo toda la verdad acerca de Cristo, la cual hasta la fecha ha sido transmitida fielmente por la Tradición, tal como lo hizo antes de escribir el NT.

Los evangélicos, al aceptar solamente la Biblia, están reduciendo considerablemente el conocimiento auténtico de la Revelación Divina. Guardemos esta ley de oro que nos dejó el apóstol Pablo: «Manténganse firmes guardando fielmente la Tradiciones que les enseñamos de palabra y por carta» (2 Tes. 2,15).

El Magisterio de la Iglesia

La Revelación Divina abarca la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura. Este depósito de la fe (cf. 1 Tim. 6, 20; 2 Tim. 1, 12-14) fue confiado por los Apóstoles al conjunto de la Iglesia. Ahora bien el oficio de interpretar correctamente la Palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia. Ella lo ejercita en nombre de Jesucristo. Este Magisterio, según la Tradición Apostólica, lo forman los obispos en comunión con el sucesor de Pedro que es el obispo de Roma o el Papa.

El Magisterio no está por encima de la Revelación Divina, sino que está a su servicio, para enseñar puramente lo transmitido. Por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, el Magisterio de la Iglesia lo escucha devotamente, lo guarda celosamente y lo explica fielmente.

Los fieles, recordando la Palabra de Cristo a sus apóstoles: «El que a ustedes escucha, a mí me escucha» (Lc.10, 16), reciben con docilidad las enseñanzas y directrices que sus pastores les dan de diferentes formas. El Magisterio de la Iglesia es un guía seguro en la lectura e interpretación de la Sagrada Escritura, «ya que nadie puede interpretar por sí mismo la Escritura» (2 Ped. 1, 20).

El Magisterio de la Iglesia orienta también el crecimiento en la comprensión de la fe. Gracias a la asistencia del Espíritu Santo, la comprensión de la fe puede crecer en la vida de la Iglesia cuando los fieles meditan la fe cristiana y comprenden internamente los misterios de la Iglesia. Es decir, el creyente vive la palabra de Dios en las circunstancias concretas de la historia y hace cada vez más explícito lo que estaba implícito en la Palabra de Dios.

En este sentido la Tradición divino-apostólica va creciendo, como sucede con cualquier organismo vivo.

Este es precisamente el significado que hay que dar a las definiciones dogmáticas, hechas por el Magisterio de la Iglesia.

Conclusión

1. Resumiendo, podemos decir que la Iglesia no saca solamente de la Escritura la certeza de toda la Revelación Divina.

2. La Tradición y la Sagrada Escritura constituyen un único depósito sagrado de la Palabra de Dios, en el cual, como en un espejo, la Iglesia peregrinante contempla a Dios, fuente de todas sus riquezas.

3. El oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios ha sido confiado únicamente al Magisterio de la Iglesia, a los obispos en comunión con el Papa.

4. La Tradición, la Escritura y el Magisterio de la Iglesia, según el plan de Dios, están íntimamente unidos, de modo que ninguno puede subsistir sin los otros. Los tres, cada uno según su carácter, y bajo la acción del único Espíritu Santo, contribuyen eficazmente a la salvación de los hombres.

Cuestionario

¿Qué fue primero: la Biblia o la Iglesia? ¿Qué significa la palabra revelación? ¿De cuántas maneras se reveló Dios al Hombre? ¿Qué ordenó Jesús antes de subir al cielo? ¿Cuándo se pusieron por escrito las enseñanzas de Jesús? ¿Qué significa la palabra Tradición Apostólica? ¿Basta la sola Biblia para la salvación? ¿Jesús fundó una Iglesia o mandó difundir la Biblia? ¿Cuál es la función del Magisterio?

domingo, 3 de febrero de 2013

Catolico conoce tu iglesia

CATOLICO CONOCE TU IGLESIA,
"""BY;HILARIO LARRY TORRES,

La cuaresma y Semana Santa

- Los católicos celebramos en estos días ¨LA
CUARESMA Y LA SEMANA SANTA¨. Recordamos la pasión y muerte de Jesús .
- ¿Sabes? Lo más importante en estos días de
Cuaresma es que te ¨CONVIERTAS¨.
¿ Y qué significa convertirse ? Convertirse
es ¨cambiar¨, luchar por quitarte lo malo, lo que ofende a Dios . Convertirse es también tratar de ser cada día mejor en todo lo que haces.

¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES
DE CENIZA?
- La CUARESMA empieza el MIÉRCOLES DE CENIZA ; este día vamos a la Iglesia para que el Padre nos haga con ceniza una cruz en la frente y diga ¨Conviértete y cree en el Evangelio ¨ .
¿ Por qué hacemos ésto los católicos ?
- Esta costumbre es para recordarnos que todos algún día hemos de morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.
- Esto también significa que todo lo ¨material ¨, como nuestra casa, la comida y las cosas que
tenemos, se acaba, y lo único que nos llevamos de este mundo es ¨ LO BUENO Y LO MALO QUE HAYAMOS HECHO ¨ en nuestra vida.
¿ QUÉ ES LA CUARESMA ?
En la cuaresma recordamos los 40 días que Jesús pasó en el desierto rezando y sin comer para prepararse antes de salir a predicar.
- Cada año Dios te ofrece la Cuaresma como un tiempo especial para tres propósitos:
1) Arrepentirte de tus pecados
2) Hacer penitencia.
3) Convertirte.
1) ARREPENTIRTE DE TUS PECADOS :
- Es tiempo de pensar:
¿ Qué pecados he cometido ?
- Que de verdad te duela haber ofendido a Dios que ha sido tan bueno contigo.
Es tiempo de arrepentirse y pedir perdón.
- Si tus faltas son pequeñas, basta con que tú solo le pidas perdón a Dios y le digas que vas a luchar duro para no volverlo a hacer.

- Si tus faltas son graves, debes hacer una
CONFESION ; busca al Sacerdote, él es
quien puede darte el perdón de Dios.
- Recuerda que Dios te ama muchísimo y que
siempre te perdona.
2) HACER PENITENCIA :
- Si de verdad te duele haber ofendido a Dios, puedes REPARAR tus faltas, puedes purificar tu alma haciendo sacrificios.
¿ Qué es hacer un sacrificio ?. Es ofrecer a Dios , porque lo amas, cosas que te cuesten trabajo, como por ejemplo:
no comer algo que querías, ayudar a otro en su trabajo, ser amable con el que te cae gordo,etc. Cada uno escoge lo que más le cueste.
- En estos días de cuaresma piensa cada mañana:
¿ Qué sacrificio voy a ofrecer hoy a Dios ?

3) CONVERTIRTE :
- Convertirte es cambiar. Dejar de una vez por todas lo malo y buscar ser mejor.
¡ Si quieres cambiar, ahora es cuando !
Para cambiar de verdad, es muy importante que hagas buenos propósitos, que pienses cuales cosas concretas quieres cambiar y luego, cada noche, revises si cumpliste, verás como vas mejorando.
- Reza mucho... pídele a Dios su ayuda para cambiar. ¡ Con la ayuda de Dios, puedes lograr cualquier cosa !
AYUNO Y ABSTINENCIA :
- Durante la Cuaresma, la Iglesia nos pide dos sacrificios especiales :
1) AYUNAR --- es decir, hacer una sola comida fuerte al día , el miércoles de ceniza y el viernes santo.
El ayuno obliga a todas las personas de 18 a 59 años.
2) GUARDAR ABSTINENCIA --- es decir, no comer carne todos los viernes de cuaresma.
El no comer carne puede sustituirse por un sacrificio todo los viernes de cuaresma.
La abstinencia obliga desde los 14 años.

¿QUÉ ES SEMANA SANTA?
- Al final de la cuaresma los católicos celebramos la Semana Santa, en la que recordamos la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
- La Semana Santa comienza con el DOMINGO DE RAMOS, este día recordamos cuando Jesús entró a Jerusalén y todo el pueblo lo alabó como Rey. Este día, los católicos llevamos palmas a la Iglesia , como los judíos en tiempo de Jesús, para que las bendigan.

EL JUEVES SANTO :

- El jueves de la Semana Santa, recordamos el día que Cristo tuvo la ULTIMA CENA con sus apóstoles. Esta cena es muy importante porque en ella Jesús,como sabía que iba a morir, quiso hacer algo para poder quedarse para siempre con los hombres.
¿ Y cómo hizo ésto ?
Dejándonos LA EUCARISTIA, o sea la COMUNION . Entonces, cada vez que comulgamos, Cristo que está en la hostia, entra en nuestra alma.

EL VIERNES SANTO :

- Después de la última cena, Jesús fué a rezar a un monte que se llamaba de los Olivos y allí lo tomaron preso.
- Después lo interrogaron, lo azotaron, le pusieron una corona de espinas, se burlaron de El y finalmente le clavaron en una cruz y murió.

- ¡ Cuánto habrá sufrido ese día Nuestro Senor! ¿Por qué El, siendo el hijo de Dios, quiso pasar todo este sufrimiento? Sólo por el grandísimo amor que te tiene a ti y a cada uno de los hombres; para perdonarte tus pecados y para que pudieras salvarte.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN
- Después de su muerte, Cristo fué sepultado y al tercer día RESUCITÓ. Este domingo de resu-rrección es el día más importante de la Semana Santa, es el día de más alegría para nosotros los católicos.

- ¡ Cristo ha triunfado sobre la muerte! ¿ Y qué logró con ésto ? Abrir de nuevo las puertas del cielo, o sea que al morir, podamos salvarnos y vivir por siempre felices en compañía de Dios.
PROPÓSITO DEL MES :
Queremos invitarte a seguir estos propósitos la Semana Santa, para acompañar y mostrar tu amor a Jesús.En la portada del folleto viene un racimo de uvas; ilumina cada uva según vayas cumpliendo los propósitos.
LUNES --- Leer este folleto en familia.
MARTES --- Leer en la Biblia la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
MIÉRCOLES --- Pensar en mis defectos y en cómo mejorarlos.
JUEVES --- Dar gracias a Jesús por dejar nos la Comunión. Comulga.
VIERNES --- Visitar la Iglesia para acompañar a Cristo en su dolor.
SÁBADO --- Hacer un sacrificio especial.
DOMINGO --- Estar felices.Festejar en familia que Cristo ha resucitado.

jueves, 31 de enero de 2013

LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO,

CATOLICO CONOCE TU IGLESIA,
BY;HILARIO LARRY TORRES,

"El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley." -Gálatas 5:22-23

Cuando el Espíritu Santo da su frutos en el alma, vence las tendencias de la carne. Cuando el Espíritu opera libremente en el alma, vence la debilidad de la carne y da fruto.

"Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil" Mateo 26:41

Obras de la carne: Fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, superstición, enemistades, peleas, rivalidades, violencias, ambiciones, discordias, sectarismo, disensiones, envidias, ebriedades, orgías y todos los excesos de esta naturaleza. (Gálatas 5, 19)

Naturaleza de los frutos Espíritu Santo y la santificación

Al principio nos cuesta mucho ejercer las virtudes. Pero si perseveramos dóciles al Espíritu Santo, Su acción en nosotros hará cada vez mas fácil ejercerlas, hasta que se llegan a ejercer con gusto. Las virtudes serán entonces inspiradas por el Espíritu Santo y se llaman frutos del Espíritu Santo.

Cuando el alma, con fervor y dócil a la acción del Espíritu Santo, se ejercita en la práctica de las virtudes, va adquiriendo facilidad en ello. Ya no se sienten las repugnancias que se sentían al principio. Ya no es preciso combatir ni hacerse violencia. Se hace con gusto lo que antes se hacía con sacrificio.

Les sucede a las virtudes lo mismo que a los árboles: los frutos de éstos, cuando están maduros, ya no son agrios, sino dulces y de agradable sabor. Lo mismo los actos de las virtudes, cuando han llegado a su madurez, se hacen con agrado y se les encuentra un gusto delicioso. Entonces estos actos de virtud inspirados por el Espíritu Santo se llaman frutos del Espíritu Santo, y ciertas virtudes los producen con tal perfección y tal suavidad que se los llama bienaventuranzas, porque hacen que Dios posea al alma planamente.

La Felicidad Cuanto más se apodera Dios de un alma más la santifica; y cuanto más santa sea, más feliz es. Seremos mas felices a medida que nuestra naturaleza va siendo curada de su corrupción. Entonces se poseen las virtudes como naturalmente.

Los que buscan la perfección por el camino de prácticas y actos metódicos, sin abandonarse enteramente a la dirección del Espíritu Santo, no alcanzarán nunca esta dulzura. Por eso sienten siempre dificultades y repugnancias: combaten continuamente y a veces son vencidos y cometen faltas. En cambio, los que, orientados por el Espíritu Santo, van por el camino del simple recogimiento, practican el bien con un fervor y una alegría digna del Espíritu Santo, y sin lucha, obtienen gloriosas victorias, o si es necesario luchar, lo hacen con gusto. De lo que se sigue, que las almas tibias tienen doble dificultad en la práctica de la virtud que las fervorosas que se entregan de buena gana y sin reserva. Porque éstas tienen la alegría del Espíritu Santo que todo se lo hace fácil, y aquéllas tienen pasiones que combatir y sienten las debilidades de la naturaleza que impiden las dulzuras de la virtud y hacen los actos difíciles e imperfectos.

La comunión frecuente perfecciona las virtudes y abre el corazón para recibir los frutos del Espíritu Santo porque nuestro Señor, al unir su Cuerpo al nuestro y su Alma a la nuestra, quema y consume en nosotros las semillas de los vicios y nos comunica poco a poco sus divinas perfecciones, según nuestra disposición y como le dejemos obrar. Por ejemplo: encuentra en nosotros el recuerdo de un disgusto, que aunque ya pasó, ha dejado en nuestro espíritu y en nuestro corazón una impresión, que queda como simiente de pesar y cuyos efectos sentimos en muchas ocasiones. ¿Qué hace nuestro Señor? Borra el recuerdo y la imagen de ese descontento, destruye la impresión que se había grabado en nuestras potencias y ahoga completamente esta semilla de pecados, poniendo en su lugar los frutos de caridad, de gozo, de paz y de paciencia. Arranca de la misma manera las raíces de cólera, de intemperancia y de los demás defectos, comunicándonos las virtudes y sus frutos.

martes, 22 de enero de 2013

CATOLICO CONOCE TU IGLESIA,

CATOLICO CONOCE TU IGLESIA BY ;HILARIO LARRY TORRES,
La Sede Apostólica en la Doctrina Católica

La Doctrina Católica sostiene ambos extremos y predica del Papa una serie de atributos, cuales son la supremacía y la plenitud de las potestades de régimen (Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial) y de magisterio.

Por un lado, esto implica la supremacía del poder del Papa en todas las cuestiones referidas al gobierno y disciplina de la Iglesia, potestad que además es plena e inmediata y que puede ejercer sobre todos los pastores y todos los fieles.

Así, la jurisdicción de la Santa Sede como tal se estableció en los siguientes términos:

    Romanus Pontifex, Beati Petri in primatu Successor, habet non solum primatum honoris, sed supremam et plenam potestatem iurisdictionis in universam ecclesiam tum in rebus quae ad fidem et mores, tum in iis quae ad disciplinam et regimen ecclesiae per totum orbem diffusae pertinent. Haec potestas est vere episcopalis, ordinaria et immediata tum in omnes et singulas ecclesias, tum in omnes et singulos pastores et fideles, a quavis humana auctoritate independens.[4][Nota 1]

Por el otro, significa que la función de enseñar de la Iglesia adquiere un cariz especial en la persona del Romano Pontífice, puesto que su magisterio ordinario goza de una consideración especial y puesto que es la única persona que individualmente goza del privilegio de la infalibilidad, es decir, que cuando define como revelada por Dios una determinada doctrina sobre la Fe o la Moral está preservado del error.
Contenido de la posición de la Santa Sede

La posición de la Santa Sede en la Doctrina Católica tiene un contenido esencial que queda reflejado fielmente en el Dictatus Papae, una serie de principios y reglas que se atribuyen a Gregorio VII y que datan del siglo XI.

El Dictatus Papae contiene los siguientes principios y reglas:

    Que la Iglesia Romana fue fundada sólo por Dios.
    Que solamente el Romano Pontífice tiene derecho a ser llamado universal.
    Que sólo él puede deponer y reintegrar Obispos.
    Que su legado en un Concilio está por encima de todos los Obispos, aunque sea de rango inferior, y puede dictar contra ellos sentencia de deposición.
    Que el Papa puede deponer a los ausentes.
    Que, entre otras cosas, no debemos permanecer en la misma casa con aquellos excomulgado por él.
    Que solamente para él es lícito, según las necesidades de la época, formular leyes nuevas, reunir congregaciones nuevas, convertir una abadía de canonjía o viceversa y dividir una diócesis rica o fusionar varias pobres.
    Que solamente él puede usar la insignia imperial.
    Que solamente al Papa besarán los pies todos los príncipes.
    Que su nombre será pronunciado en las iglesias.
    Que este título es único en el mundo.
    Que sólo a él es lícito deponer emperadores.
    Que sólo a él es lícito trasladar Obispos cuando sea necesario.
    Que el Romano Pontífice tiene el poder de ordenar un clérigo en cualquier iglesia que le plazca.
    Que quien que es ordenado por él puede presidir sobre otra iglesia, pero no puede tener una posición subordinada; y que tal persona no puede recibir un rango más alto de ningún Obispo.
    Que ningún sínodo será general sin su orden.
    Que ningún capítulo y ningún libro se considerarán canónicos sin su autoridad.
    Que su sentencia no puede ser rechazada por nadie, y que él solo puede rechazar la de todos.
    Que nadie se atreverá condenar a quien apele a la Sede Apostólica.
    Que a la Sede Apostólica se deben reservar los casos más importantes de cada iglesia.
    Que la Iglesia Romana nunca ha errado, ni errará por toda la eternidad, según el testimonio de las Escrituras.
    Que el Romano Pontífice, si ha sido ordenado canónicamente, es santificado por los méritos de San Pedro, según el testimonio del Obispo de Pavia y de muchos padres santos que concuerdan con él y según lo contienen los decretos de Santo Papa Símaco.
    Que por su orden y con su consentimiento es lícito a los subordinados formular acusaciones.
    Que puede deponer y reintegrar Obispos sin convocar un sínodo.
    Que quien no esté en paz con la Iglesia Romana no será considerado Católico.
    Que tiene el poder de absolver a los súbditos de su obligación de lealtad hacia hombres inicuos.

Estos principios y reglas son el resumen de la Doctrina Católica, que sostiene la supremacía de la Sede Apostólica.